Una fundación creada por el Papa para detener el desierto en el Sahel

CIUDAD DEL VATICANO, 17 junio 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II, al constatar en su primera visita a Burkina Faso, en 1980, el drama de la desertización, decidió crear una Fundación que sirva para que las poblaciones subsaharianas del Sahel puedan soñar con un futuro mejor.

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Cuatro años después, el 22 de febrero de 1984, hacía realidad su sueño creando la «Fundación Juan Pablo II para el Sahel» que tiene por objetivo formar animadores, agentes sanitarios, hidráulicos, genios civiles, mecánicos, agricultores, ganaderos, forestales.

Dado que la Fundación ayuda a personas de diferentes religiones (en muchos de los países de la zona los católicos son pequeñas minorías), el Papa quiere al mismo tiempo que la Fundación sea instrumento concreto de diálogo interreligioso.

Según han informado fuentes de la Fundación a Zenit, cada año está institución está destinando financiación a diferentes proyectos por valor de unos tres millones y medio de euros (más de cuatro millones de dólares, según el cambio actual).

Los países que reciben ayuda de la Fundación son Burkina Faso, Niger, Mali, Guinea Bissau, Cabo Verde, Mauritania, Senegal, Gambia y Chad.

A fin de salvaguardar el capital de la Fundación, considerando las notables complicaciones bancarias (monedas diferentes, transmisiones de fondos), aun manteniendo la actividad de la Fundación en el Secretariado General en Ouagadougou (Burkina Faso), el Papa fijó la sede legal de la Fundación y la custodia de los fondos en el Pontificio Consejo «Cor Unum», teniendo éste el deber de informar periódicamente al Sumo Pontífice Fundador.

A las reuniones anuales del Consejo de Administración asiste un observador de la Santa Sede, generalmente el presidente de «Cor Unum», el arzobispo Paul Josef Cordes, que es a su vez Representante Legal de la Fundación.

Las reuniones son dirigidas por el presidente del Consejo de Administración, monseñor Séraphim Rouamba, obispo de Koupéla (Burkina Faso), sucedido a monseñor Guy Romano, obispo de Niamey. El cardenal Paul Zoungrana (Burkina Faso) es presidente honorario «ad vitam». El Sacerdote Fulgence Coly es el Secretario General.

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ZENIT Staff

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