“Una idea buena para dar renovado aliento a una vida cristiana exigente”

Benedicto XVI en su mensaje a la Institución Teresiana en su Centenario

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MADRID, lunes 17 de enero de 2011 (ZENIT.org).- Tomó palabras muy queridas a la familia espiritual Institución Teresiana, Benedicto XVI en su mensaje a la misma en su Año Centenario.

Al recordar sus inicios, el Papa dice: “Ante la mirada amorosa de Nuestra Señora de Covadonga nació una idea, una idea buena para dar renovado aliento a una vida cristiana exigente y a una generosa misión de evangelizar y humanizar los diversos sectores sociales”.

El acto oficial de inauguración del Centenario tuvo lugar este sábado, 15 de enero, en la Colegiata de San Isidro de Madrid, España.

Benedicto XVI se refiere también a san Pedro Poveda, el fundador, de quien dice “puso en práctica [la Institución Teresiana] con determinación, dulzura y competencia, hasta llegar hoy a numerosos países en cuatro continentes”.

El Santo Padre se une a la acción de gracias a Dios “por tantos dones recibidos de su bondad durante estos años, por los frutos de santidad alcanzados, particularmente en su santo Fundador, la Beata Victoria  y Díez y la Venerable Josefa Segovia”.

E invita “a las Teresianas y asociados a renovar con  gozo su compromiso de cultivar con esmero en su corazón la presencia de Cristo, según la gran maestra en las cosas del espíritu, santa Teresa, de manera que su vida sea ejemplo en el mundo y sus actividades proyecten en cada ser humano la luz de Dios”.

Confía a María las iniciativas y celebraciones de la conmemoración “con el fin de que alcancen muchos frutos en esa apasionante tarea de despertar el alma cristiana y humana en el mundo de la educación, la cultura y la promoción integral de la persona” e imparte a todos los miembros de la Asociación su bendición apostólica.

Una tarde luminosa y de agradable temperatura dió marco, en el Madrid antiguo, a la solemne apertura del Año Centenario. El acceso a la Colegiata de San Isidro, estaba  colmado de amigos, familiares y miembros de la Institución Teresiana.

En el coro, más de ciento cincuenta niños y jóvenes del Instituto Véritas, junto a sus profesores, animó la liturgia. Universitarias del Colegio Mayor Padre Poveda y jóvenes del movimiento de la Institución Teresiana realizaron las ofrendas.

Un gran cuadro de san Pedro Poveda destacaba en un lateral del altar, junto a una imagen de la Virgen de La Almudena. Flores blancas ornaban el altar y rosas rojas, color litúrgico del martirio, debajo del retrato del fundador.

Con una larga procesión de sacerdotes concelebrantes, tres obispos –Fidel Herráez, auxiliar de Madrid, Faustino Sainz, anterior nuncio del Papa en Inglaterra, Ramón del Hoyo, obispo de Jaén- y el cardenal arzobispo de Madrid Antonio María Rouco, comenzó la eucaristía con la que la Institución Teresiana dió gracias a Dios en el inicio del Primer Centenario de su historia.

Asistieron embajadores, alcaldes, diputados, representantes de congregaciones religiosas y movimientos laicales, profesores, catedráticos y decanos de diversas facultades de universidades, directores de colegios mayores; además de familias, amigos, colaboradores y miembros de las diversas asociaciones de la Institución Teresiana.

“Canta Jerusalén… Eres pueblo santo, escogido por la gracia del Señor…” entonó el coro. Unas mil doscientas personas acompañaban. El perfume del incienso anunció la solemnidad de la celebración.

Loreto Ballester, directora de la Institución, dijo en la monición de entrada: “Queremos que sea nueva la audacia de vivir y anunciar el Evangelio, convencidos de la capacidad sanadora y transformadora de la educación y la cultura cuando responden a la pretensión de san Pedro Poveda ‘pretendo llenar de Dios a los que han de vivir una vida auténticamente humana’. Audacia que a Pedro Poveda le llevó hasta el martirio y de la que encontramos un modelo cercano en Josefa Segovia”. 
“Con todos, en la comunión de la Iglesia, renovamos hoy el compromiso, para que este árbol bueno, árbol centenario de sólidas raíces y repartido por el mundo, siga dando los buenos frutos que nuestro tiempo necesita”, añadió. Y concluyó confiando “estos frutos a la protección y cuidado de Nuestra Señora de la Almudena”.

En la homilía, el cardenal Rouco expresó su alegría por presidir la celebración y dio gracias por el Centenario de la Institución Teresiana, por la variedad de sus frutos y por “la múltiple y compleja realidad que es; una gran representación de la Iglesia en la sociedad”.

Señaló la fortaleza de “las raíces de la Institución Teresiana al estar arraigadas en Cristo a través de expresiones y personas santas, entre las que destaca su fundador san Pedro Poveda”. También mencionó a la beata Victoria Díez, maestra, miembro de la Institución y mártir como Poveda, y a Josefa Segovia, a quien deseó ver pronto beatificada.

Resaltó, como “una coincidencia providencial”, el anuncio de la beatificación del papa Juan Pablo II para el 1 de mayo próximo, en el marco de este Centenario. “Es una bonita coincidencia ya que se trata del papa que beatificó [en Roma] y canonizó a san Pedro Poveda en Madrid, precedido de un encuentro de jóvenes en Cuatro Vientos”. Y recordó que en agosto tendrá lugar allí la Jornada Mundial de la Juventud.

También anunció que el 16 de marzo se pondrá la primera piedra de la Parroquia San Pedro Poveda de Madrid.

Al remontarse al año 1911, el arzobispo de Madrid destacó que ese era el inicio del tiempo moderno, pocos años antes de la primera guerra mundial. Y que en la sociedad había un ambiente poco consciente de lo que iba a ocurrir. La idea de Poveda sobresale en aquel momento como una respuesta que necesitaban la sociedad y la Iglesia. “Ayudó a la niñez y a la juventud desde la educación, y a comprender la verdad del hombre a través del misterio de Cristo”, valoró. 

El cardenal apreció la audacia implícita en el carisma de la Institución Teresiana al nacer, esta, inspirada en Santa Teresa de Jesús, quien supo como pocas personas lo que significa una vida interior que lleva al arraigo en Cristo.

Concluyó haciendo mención de Covadonga, donde nació la Institución Teresiana y la España contemporánea. Pidió a la Virgen y a san Pedro que acompañen a todos los que pertenecen o se sienten parte de la Institución en este año.

Un fuerte y sostenido aplauso estalló en el templo al concluir la ceremonia religiosa, como signo de fiesta y agradecimiento especial a la excelente actuación del coro del Instituto Véritas.

Para saber más sobre los actos de este Centenario: www.institucionteresiana.org.

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ZENIT Staff

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