ROMA, viernes, 25 julio 2008 (ZENIT.org).- Con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, el obispo de Skopie, capital de la Antigua República Yugoslava de Macedonia, monseñor Kiro Stojanov, invitó a su diócesis a varios jóvenes procedentes de los Estados balcánicos, que por motivos económicos no pudieron viajar a Sidney, para una celebración de la fe.
Varios cientos de jóvenes han aceptado su invitación, entre ellos, también numerosos ortodoxos que se han unido a las oraciones, cantos y celebraciones de los católicos.
El prelado ha señalado que nunca había visto «a tantos jóvenes profundamente unidos en la oración», y también ha destacado la disciplina de la que han hecho gala los participantes.
Al obispo de Sofía (Bulgaria), monseñor Christo Proykov, que también asistió al evento, le impresionó profundamente «la alegría y los rostros de felicidad» de los jóvenes, a los que calificó de «ejemplo para sus coetáneos».
Spase Spasov, un joven macedonio que ha participado en la organización de este acto bautizado «Pequeña Sydney», manifestó estar «entusiasmado» por la fuerte unidad que percibió entre todos los participantes, que provenían de diferentes países: había macedonios, serbios, búlgaros, ucranianos, rutenos y otros.
A los jóvenes los alojaron en familias de diferentes parroquias. El joven señala que en la despedida hubo muchas lágrimas, y que en la «minijornada mundial de la juventud» participaron también numerosas familias jóvenes.
Es la primera vez que se organiza un acto de esta naturaleza en Macedonia. La Iglesia católica representa en esta república de 2,1 millones de habitantes a una minoría de tan sólo un 1% (Macedonia fue la última república de la antigua Yugoslavia en declarar su independencia, en 1991).
El 45% de los macedonios no profesa ninguna religión, algo más del 32% es ortodoxo, y casi un 17%, musulmán. El resto se compone de varias minorías, entre ellas, la católica.
El acto se celebró gracias al apoyo de la asociación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada.
