“Una red europea para el bien”, comunicado final del Encuentro de Secretarios de la CCEE

La secularización, oportunidad para volver a evangelizar Europa

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

COVADONGA, miércoles 2 de julio de 2008 (ZENIT.org).- Ofrecemos el texto del comunicado final del Encuentro de Secretarios Generales de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), tal y como lo ha dado a conocer hoy la oficina de información de la Conferencia Episcopal Española:

 

*****

COMUNICADO FINAL

ENCUENTRO DE SECRETARIOS GENERALES DE LAS CONFERENCIAS EPISCOPALES DE EUROPA

 

(Covadonga, 26-30 de junio de 2008)

 

UNA RED EUROPEA PARA EL BIEN

Los Secretarios Generales de las Conferencias Episcopales de Europa se han reunido en Covadonga, del 26 al 30 de junio de 2008. Al encuentro han asistido representantes de las Conferencias Episcopales de Albania, Bielorrusia, Bosnia–Herzegovina, Bulgaria, Croacia, República Checa, Inglaterra y Gales, Francia, Alemania, Hungría, la Conferencia Internacional de Obispos de los Santos Cirilo y Metodio, Italia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Polonia, Rumanía, Rusia, Escandinavia, Escocia, Eslovaquia, Eslovenia, Suiza, Turquía, Ucrania (rito bizantino), Ucrania (rito latino) y España. El encuentro ha sido promovido por el Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) y se ha desarrollado por invitación de la Conferencia Episcopal Española y de su Secretario General, Mons. D. Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid. 

El lugar del Encuentro ha sido el Santuario de Covadonga, situado en la diócesis de Oviedo, a 80 km. de la capital de la provincia eclesiástica del mismo nombre. Covadonga ha dado origen a lo que ha sido y es Asturias, y fue el germen desde donde, a partir del siglo VIII, renació la España cristiana. En este enclave geográfico y espiritual privilegiado, los Secretarios Generales de las Conferencias Episcopales Europeas han compartido trabajo, en la sede del Instituto Mariológico “Nuestra Señora de Covadonga” y han celebrado la fe diariamente en el Santuario y en la gruta de la Virgen.

El arzobispo de Oviedo, Mons. D. Carlos Osoro Sierra, saludó a los participantes en la tarde del jueves 26 de junio y les presentó brevemente la realidad de la Iglesia en Oviedo y los detalles del Año Jubilar de la Santa Cruz, que se está celebrando desde el pasado 7 de enero, Festividad del bautismo del Señor. Mons. Osoro presidió la solemne Misa del peregrino, el domingo 29 en la Catedral de Oviedo, en la que concelebraron los participantes en el encuentro, entre ellos 10 obispos.

El viernes 27 de junio, Mons. D. Juan Antonio Martínez Camino, Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, realizó una presentación de la situación de la Iglesia en España, en la que recorrió brevemente las diócesis españolas y destacó algunos eventos que han tenido lugar en el último año y que han resultado de especial relevancia para la Iglesia en España, como por ejemplo la beatificación de 498 mártires del siglo XX el pasado mes de octubre en Roma, la publicación del Catecismo de la Conferencia Episcopal Española “Jesús es el Señor”, dirigido especialmente a la infancia, y los pronunciamientos de los prelados españoles sobre la Ley Orgánica de Educación, dirigidos a defender los derechos fundamentales de los padres.

Los Secretarios Generales han abordado, como tema principal, “La situación religiosa en Europa: entre la secularización y las preguntas sobre el sentido y  la  espiritualidad”.

 

En Europa está creciendo la apertura y el interés hacia la dimensión religiosa. Mucha gente joven está buscando su camino para superar el decepcionante materialismo y redescubrir la realidad de la trascendencia, la verdad, la belleza y la bondad. Esta búsqueda dentro del contexto del crecimiento de un pluralismo religioso, que tiene su origen especialmente en las migraciones, crea un tipo de confrontación entre religiones y verdad. De un modo particular, esta confrontación se produce hoy con el Islam. La opinión pública, debido en gran parte al terrorismo, ya no da por sentado que el Islam sea algo bueno. En esa compleja situación se nota la tendencia hacia el debilitamiento  de la fe cristiana, donde no hay referencias a una dimensión objetiva, verificable de la fe. Por el contrario, fe y moral se construyen privadamente sobre nuestras propias descripciones y emociones. Esta situación pide ser prudentes, porque las situaciones de fragmentación y de debilitamiento de la verdad son presa fácil de poderes totalitarios. A veces la Iglesia, también  se percibe como una institución civil, interesada solamente en compromisos de solidaridad y de medio ambiente. Al mismo tiempo, algunas  noticias extienden un  agresivo ateísmo humanista, que aunque esté presente entre una minoría, es muy visible en los medios y en la opinión pública. Por otra parte, tiende a ser organizada entre diferentes líneas eclesiales. Se enfrentan con una situación donde existe el  riesgo de que la reacción rápida sea un rígido fundamentalismo propenso a los nuevos cismas.

En la era comunista, los cristianos de Este de Europa miraban al Oeste con esperanza y les veían como lugares de libertad religiosa.  Pero, enseguida se han dado cuenta de que la realidad es muy diferente. Y todavía hoy tienen que emplear mucho tiempo en la restitución de los bienes de la Iglesia y en la regularización de las relaciones Iglesia-Estado.

Es evidente que ya no somos una sociedad cristiana, pero hay todavía una gran oportunidad para proclamar la visión cristiana de la realidad. Los cristianos tienen una oportunidad: dar testimonio de cómo la fe cristiana posee una singular riqueza para la humanidad. La Iglesia debe ser ella misma, superar en su propio interior la tentación de la  secularización, dar testimonio de Cristo resucitado, volver a dar a Dios a Europa, con humildad y libertad, y estar al servicio del encuentro entre los europeos y Jesucristo. En Europa hay un espacio para esta saludable identidad y para una seria y dialogante  propuesta de la fe. Se percibe la esperanza de una luz capaz de cumplir las profundas aspiraciones de la humanidad, ampliando los horizontes de la razón más allá de lo meramente científico, y de generar  cultura. Existen muchas experiencias, tanto en el nivel parroquial, como también en antiguas y nuevas corrientes espirituales, que muestran que es posible llevar una vida cristiana en una cultura secularizada. La próxima Jornada Mundial de la Juventud en Sydney, y las numerosas reuniones de los jóvenes que tendrán lugar en diversos países europeos al mismo tiempo que el encuentro de Sydney, son una señal de que ésta es una posibilidad real.

La reunión de los Secretarios Generales ha sido también una oportunidad para saludar y dar las gracias a Mons. D. Aldo Giordano, que durante 13 años ha sido Secretario General del CCEE y que ahora ha sido nombrado Observador Permanente de la Santa Sede ante el Consejo de Europa en Estrasburgo. Se incorporó al CCEE en 1995, cuando Europa aún estaba pasando por la tragedia de los Balcanes y los tiempos inmediatamente posteriores a la caída del muro estaban comenzando. En los siguientes años, hemos asistido a una fuerte aceleración en el proceso de reducción del tiempo  y del espacio. El mundo se está volviendo cada vez más pequeño y más global. Ahora los problemas de Europa son los del mundo: el surgimiento de China y la India, el cambio climático, la cuestión de las fuentes de energía, el hambre, el terrorismo, las migraciones. Los cambios son cada vez más rápidos. Basta pensar en el mundo de la comunicación y en el ámbito científico. De una manera completamente nueva nos enfrentamos a cambios culturales e inimaginables problemas éticos relacionados con la vida y la esencia misma de la persona humana.

La profundización de la red y la comunión entre las Conferencias Episcopales, los obispos de Europa y las comunidades cristianas, permite ofrecer una re
spuesta significativa a estos grandes interrogantes. Este es el sentido de servicio para la CCEE. La intensificación de esta «red para el bien", como dijo un participante, es también importante por la contribución que la Iglesia puede hacer al proceso de unificación, la paz y la estabilidad en Europa. El viejo continente tiene que redescubrir el camino. Las instituciones de la comunidad parecen estar demasiado alejadas de la gente real, como lo sugiere el «no» irlandés al Tratado de Lisboa.

Es la hora de profundizar en nuestra identidad cristiana, nuestra pertenencia a la Iglesia, nuestra comunión y nuestra responsabilidad para con la persona de hoy.

La reunión de 2009 de Secretarios Generales de las Conferencias Episcopales de Europa se celebrará en Ucrania, del 9 al 13 de julio.

Covadonga, 30 de junio 2008

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación