Unas dos mil 'Ciudades por la Vida', por un mundo sin pena de muerte

Se trata de una iniciativa internacional emprendida por la Comunidad de Sant’Egidio. Las ejecuciones han aumentado en 2013 un 15 por ciento con respecto a 2012

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Con motivo de la Jornada Internacional «Ciudades por la Vida – Ciudades contra la pena de muerte» de este domingo, miles de personas en todo el mundo se han movilizando para pedir a una sola voz la renuncia definitiva a la pena capital. Son casi dos mil las «Ciudades por la Vida» que se han adherido oficialmente a la Jornada. A ellas se les han sumando todos los lugares del mundo donde, en ausencia de una adhesión oficial por parte de las instituciones, sobre todo en países donde todavía está vigente la pena de muerte, comunidades, asociaciones y simples ciudadanos han organizado actos públicos, marchas y vigilias de oración para manifestar su claro rechazo de la pena capital, como en Minsk, en Bielorrusia, donde se ha celebrado una vigilia de oración en la iglesia de los Santos Helena y Simón.

En Roma, el Coliseo se ha iluminado de forma especial para decir no a la pena de muerte. Ha presentado el acto Max Giusti, y ha contado con la participación de Mariano Rigillo, que ha leído textos de cartas de condenados a muerte y pasajes de obras literarias famosas. Ha asistido también el saxofonista Stefano Di Battista y el Coro Gospel «Seven Hills». El futbolista Francesco Totti se ha sumado a través de una conexión vídeo. Han intervenido también protagonistas de la lucha por la abolición de la pena capital: ex condenados, parientes de víctimas y activistas. Y se han proyectado diferentes testimonios, historias inéditas e imágenes de recientes e importantes congresos organizados por Sant’Egidio en Japón y en Filipinas.

Además de los numerosos actos que se han celebrado en toda Italia, cabe destacar la adhesión de las principales ciudades europeas. Este año en particular se ha registrado una gran movilización en Portugal. En muchas ciudades del país, se han iluminado los principales monumentos, y se han celebrado conferencias y manifestaciones. Junto a Portugal e Italia, también en España y en Alemania las instituciones, la Comunidad de Sant’Egidio y varias realidades de la sociedad civil han organizado actos para sensibilizar a la opinión pública contra la pena de muerte.

La movilización ha recorrido todo el continente americano: desde América del Norte, con Boston, Montreal y Nueva York en primera fila, hasta América Latina, especialmente México, El Salvador y Honduras. Un vigoroso no a la pena de muerte se ha elevado también desde África, donde se han organizado importantes actos en Kenia, Mali, Nigeria, Malaui, Burundi y en la República Democrática del Congo.

Este año la movilización contra la pena capital ha llegado especialmente a Asia, donde asume una importancia crucial, porque muchos de los países que aplican la pena de muerte se concentran precisamente en el continente asiático. «No Justice Without Life», dos importantes congresos en Tokio y en Manila han reunido a activistas, testimonios y personalidades públicas, sensibilizando a la opinión pública y registrando una mayor atención de varios gobiernos asiáticos hacia la campaña contra la pena de muerte.

Además, este 30 de noviembre han tenido lugar manifestaciones, marchas y vigilias de oración en Indonesia, en Filipinas, en Pakistán, en Camboya y en Hong Kong, convirtiendo la Jornada Mundial de las Ciudades por la Vida en la mayor movilización contemporánea en el mundo para indicar una forma más elevada y civilizada de justicia, capaz de renunciar definitivamente a la pena capital.

La Jornada Internacional «Ciudades por la Vida – Ciudades contra la Pena de Muerte» se celebra cada 30 de noviembre por iniciativa de la Comunidad de Sant’Egidio, con el apoyo de la Unión Europea, en recuerdo del aniversario de la primera abolición por ley de la pena capital, que fue una iniciativa de un estado europeo, el Gran Ducado de Toscana en 1786.  

Se trata de una iniciativa extraordinaria que con el paso de los años ha reunido a las administraciones y a la sociedad civil de todo el mundo, unidas en esta lucha decisiva para toda la humanidad. Junto a la Jornada Mundial que se celebra cada 10 de octubre, representa la mayor movilización mundial anual contra la pena de muerte, en la que participan más de 1.900 ciudades. 

La Comunidad de Sant’Egidio es parte activa de la «task force» italiana que trabaja para aumentar las adhesiones a la Resolución de la ONU sobre la moratoria universal, que en pocos días se votará en Nueva York en la Asamblea General, tras el reciente escrutinio de la Comisión en el que ha aumentado hasta 114 el número de países favorables, 4 más respecto a hace dos años, con un incremento positivo de 16 estados desde 2007, año de presentación de la Resolución. 

El presidente de la Comunidad, Marco Impagliazzo, explicó la causa de la abolición de la pena de muerte al Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, durante un encuentro en el Palacio de Cristal el pasado 7 de noviembre.

A pesar de esta tendencia abolicionista, siguen siendo muchos los países que continúan manteniendo la pena capital y muchas las personas ejecutadas cada año, al menos 778 en el año 2013, en 22 países. Todo ello sin contar con China que ejecutó a más personas que el resto de los países del mundo juntos, ya que se desconoce la verdadera magnitud del uso de la pena de muerte allí, pues los datos al respecto se consideran secreto de Estado.

Las ejecuciones en 2013 aumentaron en casi 100 personas, un 15 por ciento más con respecto a 2012, por culpa de un reducido grupo de países, entre los que destacan Irán e Irak. Asimismo, países como Indonesia, Kuwait, Nigeria y Vietnam reanudaron el uso de la pena de muerte. En términos generales, a finales de 2013 había al menos 23.392 personas condenadas a muerte en todo el mundo.

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ZENIT Staff

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