Universitarios católicos europeos y africanos por una cooperación más humana

Celebrada en Roma la IV Convención Europea de Estudiantes Universitarios

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 19 diciembre 2005 (ZENIT.org).- ¿Cuáles son los problemas más apremiantes que aquejan a Europa y África en la actualidad? ¿Cómo puede el humanismo cristiano ayudar a resolverlos? ¿Qué tipo de cooperación debe prevalecer por parte de Europa para ayudar al desarrollo del continente africano?

Éstos y otros interrogantes fueron planteados en la IV Convención Europea de Estudiantes Universitarios «El humanismo cristiano, vía para una nueva cooperación entre Europa y África», desarrollada en Roma del 12 al 15 de diciembre por iniciativa de la Oficina para la Pastoral Universitaria de la diócesis de Roma.

En una semana marcada por los mensajes de Benedicto XVI a los jóvenes universitarios en su encuentro con ellos el jueves 15, tras la misa conclusiva, la Convención Europea subrayó el papel tan decisivo que desempeña la universidad y más ampliamente la cultura universitaria, en la formación de profesionistas cristianos.

«Debemos ser estudiantes que no sólo prediquemos de palabra», dijo Monseñor Georghi Jovcev, obispo de Sofía-Plovdiv, Bulgaria. «Hay que predicar con el ejemplo de nuestra propia vida».

Con esta premisa, las delegaciones provenientes de Alemania, Bulgaria, España, Francia, Irlanda, Polonia y Rusia intercambiaron puntos de vista sobre el humanismo y la cooperación con los representantes de Nigeria, Kenia y Costa de Marfil.

Fue ésta la primera vez, que la Convención Europea organizada por la Iglesia católica incluía en su historia a delegaciones del continente africano.

Del humanismo –explicó Monseñor Marek Jedraszewski, obispo auxiliar de Poznán, Polonia– se han escrito muchas interpretaciones, inclusive el término ha sido tan usado que es parte ya de nuestro vocabulario diario. Sin embargo, debemos meditar en él y entenderlo no como aquel donde la persona es el centro de todo en razón de ella misma, sino resaltar la importancia de la persona en relación a Dios, en razón de llegar a Él.<br>
El humanismo debe tender a hacer a la persona más humana, más sensible a lo que sucede en su entorno, agregó monseñor Jedraszewski. La idea es confrontar al hombre con algo mucho más humano, porque la persona está llamada a hacer cosas nobles.

A este respecto, se mencionó que en Europa, el humanismo ha llegado al punto de engrandecer a la persona convirtiéndola en egoísta y hasta cierto punto, hedonista. Se mencionó que no es fortuito, el hecho de que Europa sea un continente que «envejece» pues los jóvenes se encuentran tan concentrados en sí mismos que no quieren tomar compromisos y mucho menos tener un acto de grande generosidad, como lo es la maternidad y paternidad.

Se habló también de la grave crisis de fe por la que atraviesa el continente europeo y de cómo en la actualidad este continente, depositario de una antigua tradición cristiana, pretende negarla y alejarse de ella.

«Pienso que los jóvenes no quieren hablar acerca de Dios, quieren liberarse de esa responsabilidad y no desean escuchar de nada que les implique una carga extra, sobre todo si es en cuestiones morales. Los jóvenes quieren sólo lo que sea más fácil y cómodo para sus vidas», expresó uno de los representantes de la delegación polaca.

«Para nosotros, es un gran interrogante cómo es que los europeos no quieren ver su fe. Nosotros en África, nos sentimos muy orgullosos de esa fe que ustedes nos trajeron. Ahora nos preguntamos, ¿por qué se alejan de ella? ¿Por qué no sienten el mismo entusiasmo nuestro?», preguntó un participante de la delegación de Kenia.

Momentos efusivos de las pláticas, se vivieron cuando al tratar la problemática africana, sus delegados expusieron la falta de interés humano en ayudar al continente. Expresaron que pocas veces existe un deseo desinteresado de ayudar a la persona y de conocer a fondo la problemática que se vive.

«Es imposible conocer lo que sucede en África si nunca se ha estado en ella», apuntó un representante de Costa de Marfil. «Por lo general se tiende a unificar y generalizar nuestra forma de pensar, de ser, a pesar de que en realidad somos naciones distintas, con su propia identidad. Inclusive es frecuente que ni siquiera se conozca dónde se localizan nuestros países», agregó.

«No queremos que nos vendan ropa, sino que nos enseñen a cocer», mencionó en sentido figurativo el sacerdote John Egbulefu, profesor de la Universidad Pontificia Urbaniana en Roma. «Europa debe ser sólo el instrumento para ayudarnos, pero no el actor principal. No necesitamos que formulen estrategias para nosotros, sino que nos enseñen a formularlas», subrayó.

«La problemática de África va mucho más allá de la falta de dinero. Es por ello que no queremos una cooperación que esté privada de la ética», señaló enfático el padre Egbulefu.

De igual forma, los estudiantes africanos coincidieron en que para ayudar al desarrollo de su continente tienen que vencer internamente muchos problemas como la corrupción y el sentido de inferioridad que sigue prevaleciendo fuertemente entre la población.

Entre las ideas expresadas por los estudiantes europeos y africanos para aumentar la cooperación entre ambos continentes, se mencionó el aumento de intercambios estudiantiles y de docentes, así como el incremento de programas que promuevan el mutuo conocimiento de ambas culturas.

Momentos espirituales y de esparcimiento
La IV Convención Europa de Estudiantes Universitarios no sólo organizó conferencias y mesas de trabajo, también hubo momentos de enriquecimiento espiritual con las diferentes celebraciones litúrgicas y adoración a la Eucaristía en distintas iglesias y capillas de Roma.

En las misas, se contó siempre con la celebración de algún obispo de las delegaciones asistentes y la concelebración de los sacerdotes invitados.

Así mismo, las adoraciones eucarísticas tuvieron la presencia del icono de Maria Satísima Sede de la Sabiduría (Sedes Sapientiae), que fue entregado por parte de la delegación polaca a la búlgara en el encuentro que tuvieron los jóvenes universitarios con el Papa Benedicto XVI, el jueves 15 de diciembre.

Así mismo, los asistentes a la Convención pudieron disfrutar del Concierto Navideño por la cultura universitaria europea en honor de Benedicto XVI, que se realizó en la Basílica de Santa Maria Maggiore en Roma el 12 de diciembre y de una visita a los jardines del Vaticano.

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ZENIT Staff

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