Unos 40.000 jóvenes de peregrinación a Zagreb: Esperanzas del prior de Taizé

Entrevista con el hermano Alois Loser, sucesor del hermano Roger

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TAIZÉ, jueves, 21 diciembre 2006 (ZENIT.org).- Del 28 de diciembre al 1 de enero, unos 40.000 jóvenes se reunirán en Zagreb para participar en el vigésimo noveno encuentro europeo de jóvenes animado por la comunidad de Taizé.

En esta entrevista concedida a Zenit, el hermano Alois Loser, sucesor del hermano Roger como prior de la Comunidad de Taizé, confiesa sus esperanzas para esta peregrinación.

–En unos días, Zagreb acogerá a miles de jóvenes de toda Europa y de otros continentes. ¿Por qué tiene lugar esta peregrinación por primera vez en Croacia?

Hermano Alois: Desde hace mucho tiempo, jóvenes croatas nos pedían que viniéramos a Croacia. Ya en los años setenta, es decir, antes de los cambios políticos en Europa, pudieron venir a Taizé. Pero era imposible organizar un gran encuentro de jóvenes. Había problemas políticos, la guerra… Era imposible. Pero ahora, finalmente, nos podemos reunir en Zagreb. Hay una gran generosidad en este pueblo y una tradición de fe que todavía se mantiene mucho más intacta que en otros países europeos.

–¿Cómo están teniendo lugar los preparativos sobre el terreno?

–Esta preparación es tan importante como el mismo encuentro, pues el encuentro sólo dura unos días. No puede ser una llamarada de paja, que dura un instante, sino que tiene que mover algo en el país, en la ciudad y en la Iglesia local, así como entre los jóvenes que van a venir.

Por este motivo, la preparación ya comenzó en la primavera pasada: varios hermanos han ido para estar sobre el terreno. Además, desde septiembre, hay un grupo de hermanos que vive allí junto a un grupo de voluntarios de la comunidad de Taizé. Han visitado todas las parroquias para reflexionar sobre esta pregunta: «¿Qué significa para vosotros acoger a los jóvenes que van a venir?». Y esto moviliza energías, moviliza la imaginación, moviliza también temores, pues «¿cómo vamos a poder acoger a tantos jóvenes?». Pero, en último término, eso hace surgir una alegría.

–Usted, ¿cuándo tiene previsto llegar? ¿Cuál será su programa?

–Hermano Alois: Daré un pequeño rodeo, pues quisiera visitar también a los vecinos, es decir, a Serbia, pues también hay muchos jóvenes serbios que vienen a Taizé, y, claro está, queremos vivir en comunión con ellos. Iré allí con motivo de la Navidad. Es una manera de mostrar que realmente estamos en comunión con ellos. Haré una visita a la Iglesia ortodoxa. Está prevista una visita al patriarca Pavle y participaré también en la misa del gallo en la iglesia católica. De allí, iré a Zagreb.

–Para acoger a unos 40.000 jóvenes, según los cálculos… Usted les acogerá entregándoles una carta, la carta de Calcuta. ¿Cuál es el sentido de esta carta?

–Hermano Alois: He escrito «la carta de Calcuta», pues, como usted sabe, en octubre pasado, tuvimos un encuentro de jóvenes, 6.000 jóvenes procedentes de toda la India, y de muchos otros países de Asia. Me parece que esta apertura hacia los demás, en particular, hacia los que se encuentran muy lejos, es realmente necesaria hoy. Vivimos en una época en la que los jóvenes pueden vivir mucho más fácilmente una comunión más allá de las fronteras, gracias a los viajes, a Internet. Hay muchos más intercambios hoy que hace veinte años.

Y, en esa carta, lanzo un llamamiento: «no os dejéis atrapar por el desaliento hoy». Muchos jóvenes se preguntan cuál será su futuro personal, así como el futuro de nuestra sociedad, incluso para la Iglesia. Es verdad, si somos realistas, no sabemos hacia dónde tenemos que ir. Entonces, no hay que dejarse llevar por el desaliento, sino escoger el amor y la esperanza.

–¿Qué se espera de los jóvenes que vendrán del extranjero? ¿Y de los croatas que les acogerán?

–Hermano Alois: Para todos los jóvenes que vienen del exterior, se trata de experimentar cómo los cristianos croatas viven sobre el terreno, cómo viven su fe en familia, en la parroquia, en la sociedad. Por este motivo, en la mañana, el programa tendrá lugar siempre en las parroquias, organizado por las parroquias. Para que los extranjeros puedan participar en su vida. Aunque sólo sea durante cinco días. Pero, en cinco días se puede transmitir algo. De este modo, los jóvenes que vienen del extranjero se sentirán alentados a comprometerse más en su iglesia local, una vez que regresen a sus casas.

Y a los jóvenes croatas les daremos las gracias por haber compartido lo que son con los demás, y les alentaremos a compartir sus valores, pues hay verdaderamente una gran generosidad en ese pueblo, una gran capacidad de acogida y fuerza para superar las situaciones difíciles. Y para construir Europa necesitamos la valentía de la reconciliación y de la paz. «¡Debemos tener la valentía de la reconciliación!». Es lo que quiero decir a los jóvenes croatas.

–La dimensión ecuménica de este encuentro europeo de jóvenes es muy importante. Los mensajes que han recibido son numerosos: está el del Papa, el de los patriarcas ortodoxos Bartolomé I y Alejo II, el del jefe de la Iglesia anglicana… ¿Qué les ha impresionado de esos mensajes?

–Hermano Alois: Esos mensajes son para mí un gran aliento. Muestran claramente que lo que nosotros vivimos se vive también en la Iglesia y con la Iglesia universal. Nosotros no queremos crear en Taizé un movimiento a parte. Nosotros reenviamos a los jóvenes que vienen aquí a su iglesia local y queremos que se comprometan con su iglesia local. Los mensajes que hemos recibido son por tanto un motivo de gran aliento en ese sentido.

–Cada peregrinación tiene un aspecto específico. Cada país de acogida tiene su especificidad. ¿Cuál es el mensaje común que pasa año tras año, el hilo conductor que anima a la comunidad de Taizé?

–Hermano Alois: Es la primera peregrinación a Zagreb. Veremos cuáles son sus aspectos específicos. En Europa occidental tenemos la impresión de que Croacia no es conocida, de que sólo es conocida por sus costas turísticas; no conocemos verdaderamente a su pueblo, lo que ha vivido, su historia. Me parece que esta escucha, la escucha de este pueblo, es importante. Pues, ¿cómo podemos seguir construyendo Europa sin salir al paso de los pueblos que piden entrar en la comunidad europea y que forman parte de Europa por su historia? Si no les escuchamos, sobre el terreno, entonces prevalecerán el miedo, los prejuicios y las reticencias, y cerraremos las fronteras.

Con este encuentro en Croacia, queremos dar un signo de apertura. No tenemos soluciones políticas que ofrecer, pero podemos preparar el terreno para que las cuestiones políticas puedan ser bien planteadas, para que podamos encontrar soluciones.

–Después de Calcuta, Milán, Hamburgo, París, Barcelona, el encuentro de Zagreb constituye una nueva etapa de la peregrinación de confianza en la tierra. ¿Cómo han escogido el país que acogerá la próxima etapa?

–Hermano Alois: Cada año nos preguntamos dónde puede continuar esta peregrinación. Y hace falta una alternancia entre el este y el oeste. Desde 1989, podemos ir a Europa central. Es muy importante el que se dé esta alternancia, pero se necesita también una ciudad en la que haya centro de congresos, donde podamos reunirnos todos juntos. Cada verano, en Taizé, recibimos a jóvenes que llegan de diferentes continentes para pasar tres eses. Y, en el futuro, trataremos de encontrar la manera en que podemos acompañar a estos jóvenes en sus lugares de origen. Este fue el motivo que llevó a organizar el encuentro de Calcuta. Por este motivo, hemos pensado en organizar un encuentro en América Latina el próximo año. Anunciaré el lugar exacto a los jóvenes durante nuestro encuentro en Zagreb. Y después trataremos de vivir una experiencia de este tipo en África.

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ZENIT Staff

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