Urge ayudar a discernir los contenidos televisivos, alerta el Papa

En un mensaje a la Asociación Italiana de Telespectadores y Radioyentes

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CIUDAD DEL VATICANO, martes, 16 noviembre 2004 (ZENIT.org).- En el panorama mediático actual es necesario ayudar al espectador a discernir los contenidos televisivos que sintonizan con la visión cristiana del hombre y del mundo, alerta Juan Pablo II.

Precisamente la formación crítica del espectador es uno de los objetivos de la Asociación Italiana de Telespectadores y Radioyentes (AIART, en sus siglas en italiano), que celebra estos días el 50º aniversario de su fundación.

«Promovida por la Acción Católica», la AIART «dedica su atención a la tutela y a la promoción de los valores y de los derechos de la persona humana y de la familia en el ámbito de la comunicación radiotelevisiva», expresa el Papa en un mensaje al cardenal vicario de Roma Camillo Ruini y a los participantes de la celebración del aniversario.

Igualmente, la asociación tiene «el doble objetivo de formar críticamente a los usuarios y de hacer oír su voz en particular cuando un programa lesiona la dignidad de las personas, sobre todo de los menores», según enuncia el «Directorio» sobre la pastoral de las comunicaciones sociales aprobado por el episcopado italiano en su pasada Asamblea general.

Las razones que motivaron el nacimiento de la asociación «todavía son válidas hoy», advierte el Papa: «es más, en nuestra sociedad mediática se necesita más insistencia y valor para cultivar el gusto de lo bello acompañándolo con la sensibilidad por el bien y por lo verdadero».

En este contexto, «es indispensable ayudar a los usuarios, particularmente a las familias, a un uso maduro del medio televisivo para saber discernir con equilibrio y sabiduría los programas que están en sintonía con la visión cristiana del mundo y del hombre», exhorta en su mensaje distribuido por la Santa Sede el viernes pasado.

Es la comunicación, en todas sus formas, la que «debe inspirarse en el criterio del respeto de la verdad y de la dignidad humana», recuerda el Papa aludiendo al mensaje de este año para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales .

Y es que «las legítimas exigencias de la información y del mundo del espectáculo –subraya– deben ir armonizadas con los derechos de los individuos y de las familias, sin ceder jamás a las ilusiones de quien quiere confundir la verdad con la opinión, y evitando con cuidado que los aspectos más sagrados e íntimos de la vida familiar sean expuestos a hacer espectáculo y a vulgarización banal».

En este contexto, la finalidad de la AIART de «promover la dignidad de la personas, de la familia, de la escuela y la protección de los derechos y de los intereses morales, espirituales y culturales de los ciudadanos» es «un servicio precioso» para «la comunidad cristiana y la sociedad civil», reconoce Juan Pablo II, exhortando a «continuar tutelando en primer lugar la familia y la vida familiar».

Además considera digno de aprecio y reconocimiento el esfuerzo de la asociación en estos años «de elaborar códigos de tutela de los menores».

Junto a ello, «deseo que se pueda cultivar un diálogo constructivo entre las familias y los trabajadores del mundo televisivo, favoreciendo una seria reflexión ética, tanto más necesaria para quienes trabajan en el ámbito de la comunicación social», manifestó.

La AIART, presente actualmente en todo el territorio italiano con 87 sedes provinciales en 20 regiones, concentra su atención en las «categorías más indefensas», como la de los menores, «que aún no tienen una capacidad de valoración crítica», explicó su presidente, Luca Borgomeo, a «Radio Vaticana».

Entre las iniciativas de la asociación enumeró la «denuncia» –pues «la televisión es un gran recurso, pero puede también acarrear grandes males»–, la «formación» –principalmente de jóvenes, expertos y formadores, «desarrollada sobre todo en colaboración con la escuela»– y la «monitorización de los programas».

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ZENIT Staff

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