Uruguay celebra a su Patrona, la Virgen de los Treinta y Tres

MONTEVIDEO, 10 noviembre 2003 (ZENIT.orgAICA).- Numerosas actividades se llevaron a cabo en el Uruguay en homenaje a su Patrona, la Virgen de los Treinta y Tres. Los actos culminaron ayer, domingo 9 de noviembre, cuando todos los obispos del país, que se hallan reunidos en asamblea plenaria, se trasladaron a la catedral de Florida (Santuario nacional) donde concelebraron una solemne eucaristía, a la que asistió gran cantidad de fieles, muchos de ellos participantes de una multitudinaria peregrinación mariana.

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Como ya es tradicional, un grupo de compositores y artistas uruguayos se dieron cita para ofrecer un concierto de homenaje a la Patrona de los uruguayos. Este año el Concierto «Uruguay le canta a la Virgen de los Treinta y Tres» se realizó el miércoles 5 de noviembre, en el Santuario Nacional.
El concierto concluyó con la presentación del Coro de la Catedral de Florida que cantó el antiguo Himno a la Virgen con letra de Juan Zorrilla de San Martín y música de Graso.

El origen de la advocación de la Virgen de los Treinta y Tres está ligado a la gesta libertadora de los próceres uruguayos. La devoción no se originó en ningún acontecimiento extraordinario, ninguna señal más allá del orden natural de las cosas. Tuvo su origen en un consenso popular, en un sentido de fe.
En el primer cuarto del siglo XIX se había extendido por todo el territorio de la Banda Oriental un ansia de libertad, recogido por José Artigas quien, al encararlo en su ideario, en su acción de caudillo rural y en la primera organización política que dio a estas provincias, se convirtió en el «Protector de los Pueblos Libres».

La gesta artiguista culminó con su corto pero efectivo gobierno de 1815, tras el cual Artigas se exilió al Paraguay, donde después de 30 silenciosos años falleció.

Pero sus ideas quedaron y en 1825 son retomadas en la Cruzada Libertadora, por los 33 Orientales. Estos se reúnen en Florida, donde en la Piedra Alta, convertida en Altar de la Patria, proclaman, el 25 de agosto, la Independencia de la República Oriental del Uruguay. Fue entonces que llevaron ante la pequeña imagen de la Virgen María, que se veneraba en la capilla del pueblo, sus ansias de libertad.

Dentro de la historia de la Iglesia en Florida, cabe señalar tres hechos importantes: En primer lugar, antes de la fundación de la ciudad la presencia de la Compañía de Jesús con la obra de las famosas Misiones Jesuíticas. Según el estilo y las características de la imagen de la Virgen de los Treinta y Tres, realizada en cedro paraguayo, se cree que haya sido tallada en las Misiones Jesuíticas.
El segundo hecho es la fundación de Florida. Dadas las peripecias en que vivía el antiguo poblado del Pintado, en una sierra pedregosa, el cura Santiago Figueredo logró que el gobierno le ceda un lugar más seguro y fecundo en las costas del río Santa Lucía, y allí fundó la actual Florida.

El tercer hecho es en 1825, cuando se reúne la Asamblea que, presidida por el presbítero Juan Francisco Larrobla, redacta el Acta de la Declaratoria de la Independencia Nacional. En ese contexto cultural e histórico resultó espontánea la visita de los asambleístas de Florida a la Virgen María venerada en un rancho contiguo al rancho de la Asamblea. Desde entonces aquella imagen de María, comienza a llamarse popularmente la Virgen de los Treinta y Tres.

En 1857, el general Manuel Oribe regaló a la Virgen de Florida una corona de oro, en acción de gracias por haberse salvado, él y su familia, en un naufragio. Viviendo en Montevideo pidió a Felipe Irurreta, de Florida, la medida de la cabecita de la sagrada imagen. La corona fue entregada más tarde al cura vicario, presbítero Majesté.

En 1894 monseñor Mariano Soler, primer arzobispo de Montevideo, ordenó colocar ante el nicho que guardaba la imagen de la Virgen en la catedral de Florida, una placa de mármol que refiriéndose a la imagen de la Virgencita dice: «Ante ella los Treinta y Tres inclinaron su bandera e invocáronla también los convencionales de la independencia».

Monseñor Humberto Tonna solicitó al Papa el privilegio de la coronación para la imagen de la Virgen de los Treinta y Tres. Juan XXIII lo concedió el 8 de marzo de 1961. En noviembre de ese año, con la presencia del Nuncio Apostólico y todos los Obispos del Uruguay, de autoridades de gobierno y peregrinos de todos los puntos del país, se realizó la solemne coronación de la imagen de la Virgen de los Treinta y Tres. Al año siguiente, el 21 de noviembre de 1962 el Papa nombró a la Virgen María bajo esta advocación como Patrona del Uruguay. Así la fiesta de la Virgen adquirió un carácter nacional.
<br> Al conmemorarse el 25 de agosto de 1975 los 150 años de la Declaración de la Independencia, el Poder Ejecutivo del Uruguay declaró Monumento Histórico a la catedral de Florida y a la Imagen de la Virgen de los Treinta y Tres.

La Virgen de los Treinta y Tres presidió la celebración de la Eucaristía, oficiada por Juan Pablo II en Tres Cruces (Montevideo) en ocasión de la primera visita del Papa al Uruguay en abril de 1987. Y presidió también la celebración en Florida en la que el Papa ordenó sacerdotes a 13 diáconos, el 8 de mayo de 1988. En todos los discursos y homilías pronunciados en ocasión de sus dos visitas, el Papa hizo alusión a la Virgen de los Treinta y Tres.

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ZENIT Staff

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