“¡Vale la pena luchar por la vida!", asegura el cardenal Bergoglio

BUENOS AIRES, martes, 2 septiembre 2008 (ZENIT.org-Aica).- El arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Mario Bergoglio, felicitó este domingo a quienes luchan por la vida desde el santuario de San Ramón Nonato, y los exhortó a seguir defendiéndola pese a que los acusen de «anticuados, santurrones o chupacirios», porque el premio es «tener un chico en los brazos, la ternura de Dios hecha persona».

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«¡Vale la pena luchar por la vida! ¡No es perder el tiempo! Es luchar por lo mejor que Dios nos dio, es luchar por aquellos que Jesús dijo que tenemos que imitar para entrar al Reino de los Cielos, es luchar para tener el alma de niño, alma abierta. Es clamar a Dios por todos esos chicos, explotados, esclavizados, usados», subrayó el purpurado porteño.

El primado argentino aseguró que «hay mucha gente que excluye a los chicos, y no los quiere, porque molestan», pero valoró que en el santuario del barrio porteño de Villa Luro se siga luchando por los niños en el vientre materno y acompañando a «los papás que quieren un chico pero no viene».

Tras asegurar que los escarpines son «una insignia de victoria, frente a quienes no quiere los chicos», Bergoglio advirtió que hay un grupo «peor» porque «esclaviza, usa y explota» a los niños en la ciudad de Buenos Aires.

«Hay chicos esclavos por la droga, cuando los usan de mulitas. Chicos esclavos en los talleres clandestinos, que trabajan por un sándwich de mortadela», reiteró el primado, al recordar episodios recientes.

El cardenal Bergoglio insistió en denunciar situaciones de esclavitud, sobre todo cuando «los chicos son obligados a tirar carros con cartones y son explotados por la mafia de los cartoneros, que son usados por las pandillas de arrebatadores, caen en la trata de la prostitución y son objeto de abusos o chicos vendidos para trasplante».

«Como si esto fuera poco, hay gente que en vez de ocuparse en todo el mundo de solucionar esta trata de chicos, esta trata de la vida, todavía piensan cómo hacer disposiciones, nuevas leyes para que los chicos no vengan sino que los matemos en el seno de la madre. Esto está pasando hoy. Y si uno grita le dicen anticuado», aseveró.

El purpurado reconoció en este sentido que «si uno grita le dicen anticuado», por eso destacó que desde hace 15 años desde el santuario a San Ramón Nonato se «esté gritando por esta causa».

Al término de la misa principal, que llevó por lema «Gratitud y alegría por estos años siendo mensajeros de la vida», el cardenal Bergoglio bendijo a quienes llevan las imágenes de San Ramón Nonato casa por casa.

El templo de Cervantes 1150 recibió un multitud de fieles, en especial embarazadas o matrimonios con intenciones de tener un hijo, quienes fueron bendecidos por el párroco. También se regalaron escarpines y se pidió a las futuras mamás que cuando nazcan sus bebés traigan otros para aquellas que están en la misma situación.

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ZENIT Staff

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