Valencia (España): El significado de la visita apostólica de Benedicto XVI

Según la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice

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CIUDAD DEL VATICANO/VALENCIA, lunes, 3 julio 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI viaja a Valencia este fin de semana para cumplir con el deseo de Juan Pablo II de relanzar desde esa ciudad del Mediterráneo el desafío de la transmisión de la fe a las nuevas generaciones.

«La transmisión de la fe en la familia» es, de hecho, el tema del encuentro, según explica el arzobispo Piero Marini, maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, en una nota con la que profundiza en el «significado de la visita apostólica», la tercera de carácter internacional de este pontificado.

Difundido por la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, el texto recuerda que, sobre el mismo tema, la Conferencia Episcopal Española, en su 86ª Asamblea Plenaria, dirigió un mensaje el 31 de marzo de 2006 insistiendo en que «La transmisión de la fe encuentra en la familia un entramado de comunicación, afecto y exigencia que permite hacerla vida».

Y es que «en el ámbito de las relaciones personales se produce el despertar religioso que tan difícilmente se logra en otras circunstancias –observó entonces el episcopado español–. Igualmente, es un lugar privilegiado para aprender la oración. En la familia la plegaria se une a los acontecimientos de la vida, ordinarios y especiales. La oración familiar es germen e inicio del diálogo de cada hombre con Dios».

Asimismo «el seno de la familia es el primer lugar natural para la preparación de los sacramentos. Éstos santifican esos acontecimientos básicos que constituyen la historia misma de la familia: el nacimiento de los hijos, su crecimiento, el matrimonio y la muerte de los seres queridos», añadió.

«Por otro lado, la misma familia, como iglesia doméstica, está indicando a todo el pueblo de Dios cómo debemos entender la comunión eclesial que lo anima. Porque la Iglesia es una familia: la familia de los hijos de Dios, en donde nos reúne una fraternidad que se basa en la paternidad divina y en la maternidad eclesial, donde cada miembro es valorado por lo que es y no por lo que hace o tiene» (Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, Instrucción Pastoral: La familia, santuario de la vida y esperanza de la sociedad, abril, 2001).

El primer viaje apostólico de Benedicto XVI a España será a Valencia para clausurar el V Encuentro Mundial de las Familias, que tiene lugar del 1 al 9 de julio. El último día, el Papa presidirá la Misa de clausura; la víspera, una multitudinaria vigilia de oración y fiesta.

Apunta el arzobispo Marini que «las visitas pastorales del obispo de Roma alcanzan la plenitud de su significado en las celebraciones litúrgicas».

«En ellas –observa–, el Sucesor de Pedro ejerce su ministerio de Supremo Pastor de la Iglesia, confirma en la fe a las Iglesias particulares y fortalece los vínculos de la comunión eclesial en torno a la Eucaristía».

De hecho, «la sagrada liturgia, como fuente y cima de toda la actividad de la Iglesia, está en el centro y es el corazón de todo este gran Encuentro de las Familias con el Papa», explica el prelado.

Y «la celebración de la Eucaristía es el momento culminante del Encuentro», confirma.

«Si la Iglesia, una, santa, católica y apostólica, familia de Dios, tiene su máxima expresión cuando celebra la Eucaristía presidida por el obispo, cuánto más en esta ocasión, cuando se reúne para el Santo Sacrificio en torno al Sucesor de Pedro, rodeado por los obispos, presbíteros y diáconos, con la participación de todos los fieles con sus familias, que han venido de todo el mundo», concluye.

Web plurilingüe del V Encuentro Mundial de las Familias: www.wmf2006.org .

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ZENIT Staff

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