Vaticano al Consejo de Seguridad: «El recurso a las armas no sería justo» en Irak

Monseñor Migliore pide apoyo a la acción de los inspectores de la ONU

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NUEVA YORK, 20 febrero 2003 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha tomado la palabra ante el Consejo de Seguridad de la ONU para afirmar que «el recurso a las armas no sería justo» para eliminar la amenaza que podrían representar las armas de destrucción de masa que se atribuyen a Irak.

El Vaticano considera más bien que el trabajo de los inspectores de las Naciones Unidas, si cuenta con el apoyo de la comunidad internacional, podría llevar a una solución «consensual y honorable del problema».

La posición que el Papa ha ido expresando en estos días fue expuesta este miércoles de manera argumentada por el nuevo observador permanente de la Santa Sede ante la Organización de las Naciones Unidas, el arzobispo Celestino Migliore, al intervenir en el encuentro del Consejo de Seguridad sobre la situación entre Irak y Kuwait.

Comenzó reconociendo la gravedad de la situación: «la comunidad internacional está justamente preocupada», y «está afrontando una causa justa y urgente: el desarme de arsenales de destrucción de masa, una amenaza que afecta no sólo a una región en particular, sino por desgracia a diferentes partes de nuestro mundo».

«La Santa Sede está convencida de que entre los esfuerzos basados en los muchos instrumentos de paz que posee el derecho internacional para hacerse escuchar, el recurso a las armas no sería justo», recalcó monseñor Migliore.

«A las graves consecuencias para la población civil que ha sido sometida durante mucho tiempo a duras pruebas, se suman las oscuras perspectivas de las tensiones y los conflictos entre pueblos y culturas y la lamentable presentación de la guerra como una forma de resolver situaciones insostenibles», añadió.

Estas son las razones, aclaró, que llevaron a Juan Pablo II, a enviar al cardenal Roger Etchegaray, como enviado especial a Bagdad para entrevistarse con el presidente Sadam Huseín y entregarle un mensaje pontificio en el que le exigía el cumplimiento fiel de las resoluciones de las Naciones Unidas.

El Vaticano pidió asimismo que la comunidad internacional apoye decididamente la labor de los inspectores de las Naciones Unidas para que su presión sobre el gobierno iraquí sea efectiva.

«La Santa Sede considera que éste sería el camino adecuado para llegar a un acuerdo y a una resolución consensual y honorable del problema y que, a su vez, podría sentar las bases para una paz real y duradera», afirmó el representante vaticano.

En síntesis, concluyó monseñor Migliore, «la Santa Sede invita a las partes en causa a mantener el diálogo abierto para encontrar soluciones que eviten una posible guerra e insta a la comunidad internacional a asumir sus responsabilidades a la hora de apurar cualquier defección por parte de Irak».

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ZENIT Staff

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