Vaticano: Europa se centre en la persona humana y no en la economía

El arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones de la Santa Sede con los Estados, recuerda una vez más las raí­ces cristianas del continente

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La Santa Sede recordó este jueves en Bratislava (Eslovaquia) que el papa Francisco insta a la Unión Europea a que no construya una sociedad que gire en torno a la economía, sino al carácter sagrado de la persona humana. Así lo afirmó el arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones de la Santa Sede con los Estados, al intervenir en el encuentro de consejeros jurídicos de las Conferencias Episcopales de Europa. El prelado dedicó su intervención a «los desafíos que enfrenta la Iglesia en el mundo actual a la luz de los discursos pronunciados el pasado 25 de noviembre por el papa Francisco en el Parlamento Europeo y en el Consejo de Europa», ha informado hoy la Oficina de Prensa del Vaticano.

Durante la reunión, organizada por el Consejo de las Conferencias Episcopales en Europa (CCEE), Mons. Gallagher citó las reflexiones del Santo Padre sobre la dignidad de la persona y el respeto de los derechos humanos no por razones políticas sino porque se encuentran grabados en el corazón de todo ser humano: »El Pontífice nos recuerda las raíces cristianas de nuestro continente e insta a los miembros del Parlamento Europeo, a construir juntos una Europa que no gire en torno a la economía, sino en torno al carácter sagrado de la persona humana y de los valores inalienables». «Es hora –añadió– de abandonar la idea de una Europa temerosa y replegada en sí misma para alentar y promover una Europa protagonista, portadora de ciencia, arte, música, valores humanos y también de fe».

Antes de finalizar, el prelado destacó las preocupantes condiciones de los inmigrantes que buscan en nuestro continente protección para su vida y sus familias, un importante desafío para Europa del que tanto habló el papa Francisco en sus discursos, e indicó que »la ausencia de un apoyo mutuo en la Unión Europea es probable que fomente soluciones particularistas al problema, que no tomen en cuenta la dignidad humana de los inmigrantes, y que promuevan el trabajo esclavo y las tensiones sociales continuas». «El cristianismo –concluyó– debe cumplir su misión en Europa fomentando la unión de los pueblos y la Iglesia Católica también puede ofrecer una ayuda tangible a la hora de unir y reforzar la familia nacional de Europa».

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ZENIT Staff

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