El papa Francisco recibió este lunes en el Vaticano a los reyes Felipe y Matilde de Bélgica. La visita que estaba prevista para el 12 de diciembre pasado, fue suspendida por el fallecimiento de la reina Fabiola, consorte del rey Balduino.
Es la primera vez que el matrimonio viaja al Vaticano para encontrar al Pontífice argentino, desde que el rey Felipe de Brabante asumió el 21 de julio de 2013 la dirección del Estado, cuando abdicó su padre el rey Alberto II.
El Santo Padre, a quien se le veía cansado después de un fin de semana de gran actividad, les recibió en la biblioteca del Palacio Apostólico. Con ellos estaba un traductor, si bien parte de la conversación fue en italiano. La audiencia duró unos 20 minutos, el rey vestía un traje azul marino y ella llevaba un elegante vestido blanco hasta la rodilla y mantilla del mismo color.
En el intercambio de presentes, los reyes le regalaron al Papa las figuras de un pesebre, en porcelana: el Niño, María, José, los reyes, y el asno y el buey. Al entregarlo el Rey le dijo: ‘Creo que no tengo necesidad de explicarle nada’. Por su parte, el Santo Padre les entregó la exhortación apostólica ‘Evangelii Gaudium’ encuadernada en Rojo y con los perfiles dorados.
En un comunicado, la oficina de prensa de la Santa Sede indicó que “durante los cordiales coloquios se han visto las buenas relaciones bilaterales existentes entre Bélgica y la Santa Sede”. Añade que se abordaron “temas de interés común, como la cohesión social, la educación de los jóvenes, el fenómeno de las migraciones y la importancia del diálogo intercultural y religioso”.
Y señala que también se profundizaron “algunas problemáticas de carácter internacional, en particular las perspectivas del futuro para el Continente europeo”.
La visita concluyó con un encuento con el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolín; acompañado por el ‘ministro de exteriores de la Santa Sede’, Mons. Paul Gallagher, secretario para las relaciones con los Estados.
