Vaticano: Prevención y tolerancia cero para los abusos a menores

La Pontificia Comisión para la tutela de los menores celebra su primer encuentro con todos los miembros. Prepara una jornada de oración por las ví­ctimas

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Tolerancia cero y programas, estudiados y no improvisados, para la prevención de abusos sexuales a menores. Esta es la idea que la Pontificia Comisión para la tutela de los menores quiere llevar adelante. Así lo ha asegurado el cardenal Seán Patrick O’Malley, arzobispo de Boston y presidente de dicha Comisión, durante una rueda de prensa celebrada esta mañana en el Vaticano. Entre los objetivos está «preparar a la Iglesia para responder cuando los religiosos no cumplan con sus obligaciones». Según ha indicado el purpurado, la Comisión  espera «poder ofrecer estos programas de formación a miembros de la Curia Romana y a obispos recién nombrados» de todo el mundo.

De este modo, acompañado por todos los miembros de la Comisión –nueve hombres y ocho mujeres–, se han presentado las perspectivas surgidas durante la primera sesión de trabajo (del 6 al 8 de febrero) de este equipo formado por el Papa para luchar contra este grave problema. La Comisión, ha asegurado el cardenal, presentará al santo padre Francisco “recomendaciones muy concretas”.

En la mesa, junto al purpurado, estaban la religiosa Kayula Gertrude Lesa y Peter Saunders, una de las víctimas de abusos que forma parte de esta Comisión.

Haciendo referencia a la carta enviada esta semana por el Papa a los presidentes de las Conferencias Episcopales, superiores de los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólicas, el arzobispo de Boston ha anunciado que también él, como presidente de la Comisión, ha enviado otra carta para solicitar a “cada Conferencia que señale a una persona de referencia que pueda establecer una línea de comunicación”. Otro anuncio hecho por el cardenal esta mañana ha sido «una jornada de oración por los que han sufrido abusos sexuales, para marcar la importancia del encuentro, de la escucha y también de la dimensión espiritual».

Asimismo, el cardenal O’Malley ha recordado que el Papa, a través de la Congregación de la Doctrina de la Fe, ya había pedido que cada Conferencia Episcopal preparara una serie de políticas y de normas para tratar con casos de abusos sexuales a menores. Casi todos los países han respondido. Algunos han enviado normas que son algo débiles, ha precisado. Por eso, la Comisión y la Congregación de la Doctrina de la Fe, van «a identificar qué países necesitan más ayuda”. A este punto, el arzobispo de Boston ha afirmado que las normas son de “tolerancia cero”, “cómo responder cuando hay una acusación”, pero también “promover la seguridad de los menores, en todos los aspectos de la Iglesia”. Y esto, también tiene que “ser parte de las normas y políticas de las Conferencias Episcopales”.

A propósito ha indicado que la “educación va a ser muy importante y la respuesta de cada Conferencia para preparar a maestros, sacerdotes, religiosos y todos los que trabajan con menores porque nuestra tarea no es sólo responder a casos sino prevenir, buscando políticas para asegurar que la Iglesia está haciendo todo para evitar esto en el futuro”.

Por otro lado, ha observado que “en el pasado se han cometido muchos errores que han causado dolor a las víctimas y a sus familiares. Hay que evitar que estos errores se sigan cometiendo y hacer de la Iglesia y del mundo un lugar más seguro para los niños”.

También se ha indicado durante la rueda de prensa que, las medidas que se tomen en esta Comisión serán útiles para toda la sociedad, ya que, como se sabe, en torno al 70 por ciento de los casos de abusos a menores se dan dentro de la familia.

Peter Saunders, víctima de abusos cuando fue menor, ha asegurado que la Iglesia es determinante respecto a este problema: “que lo que me pasó a mí y a otros no le pase a nadie más”, ha asegurado. Además, ha indicado que si no hay acción firme de Iglesia en protección de los niños en dos años, dejará la Comisión.

Al finalizar la rueda de prensa, uno de los miembros de la Comisión, el padre Luis Manuel Alí, procedente de la diócesis de Bogotá en Colombia, ha explicado a algunos periodistas la importancia del factor psicológico en esta Comisión. “Es necesaria una madurez afectiva y sexual de los muchachos que entran en los seminarios”, ha observado. Por esa razón, en uno de los grupos de trabajo que tiene la Comisión realizan esa labor de investigación de acuerdo a la formación que debe haber en los seminarios.

Sobre la formación de los futuros sacerdotes, ha puesto el ejemplo de su seminario mayor, que tiene una formación humana, afectiva y sexual. Y esto se hace por medio de algunas convivencias y talleres donde se incrementa ese esfuerzo –ha precisado– para que los muchachos tengan una educación afectiva y sexual y se desarrolle en ellos ese deseo libre y consciente de aceptar el compromiso celibatario.

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Staff Reporter

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