Veinticinco años de relaciones «satisfactorias» entre España y la Santa Sede

Según el nuevo embajador Jorge Dezcallar de Mazarredo

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 18 junio 2004 (ZENIT.org).- Los acuerdos suscritos hace veinticinco años por España y la Santa Sede, casi simultáneamente a la promulgación de la Constitución española, han dado resultados satisfactorios, constata el nuevo embajador de Madrid ante el Papa.

Esta fue una de las conclusiones a las que llegó el diplomático de carrera, Jorge Dezcallar de Mazarredo, hasta hace poco director del Centro Superior de Información para la Defensa, en el discurso que dirigió a Juan Pablo II este viernes al presentar sus cartas credenciales.

Esos acuerdos, aclaró, «establecen un marco jurídico de colaboración desde el mutuo respeto de principios y competencias».

«Desde entonces, dichos acuerdos se han venido aplicando y desarrollando de forma satisfactoria», recalcó.

«La Constitución española ha consagrado el pluralismo como elemento esencial de nuestra sociedad y la libertad religiosa como uno de sus principios básicos», siguió explicando el nuevo representante español.

«Esta distinción no implica sin embargo un mero laicismo, ya que tanto la Constitución como los acuerdos ratificados con la Santa Sede, y por lo tanto parte de nuestro ordenamiento interno, promueven la colaboración entre la Iglesia y el Estado, ámbitos distintos pero interdependientes, al coincidir ambos sobre el mismo objeto y el mismo fin; esto es, la promoción de la persona humana y de la sociedad», explicó.

Tanto la Iglesia como el Estado, subrayó, comparten «la concepción de que la democracia no es un mero instrumento de convivencia política, sino portadora de valores esenciales a favor de la libertad y de la dignidad de la persona».

«Vuestra Santidad encontrará en el Gobierno de España plena disposición a mantener y a desarrollar esta colaboración en todos los ámbitos, incluidas aquellas realidades de las que la sociedad civil está pidiendo al Estado una regulación jurídica puesta al día», afirmó.

«En todo esto España siempre escuchará la voz de Vuestra Santidad no sólo como cabeza visible y suprema de la Iglesia, sino además como voz universal capaz de hablar a todo el mundo, cristianos y no cristianos, directamente, con plena libertad y con la única preocupación de la dignidad del hombre y de la condición humana», explicó.

El nuevo embajador señaló también que «el pueblo español está dando pruebas de elevado valor moral en la lucha contra el terrorismo, sin sacrificar en ella los principios y valores del Estado de Derecho garantizados por nuestra Constitución».

«No se podrá nunca olvidar en España que fue Vuestra Santidad el primero, el 11 de marzo, en expresar Vuestro dolor por los atentados terroristas de Madrid y Vuestro consuelo a las familias de las víctimas y a todos los españoles», recordó.

«Sin el largo y fructífero pontificado de Vuestra Santidad sería imposible concebir el profundo cambio de horizonte histórico que empezó a manifestarse con la caída del Muro de Berlín y que todavía está por concluir», afirmó a continuación.

«En estas circunstancias de cambio –consideró–, tan admirablemente expuestas por Vuestra Santidad en Vuestras palabras al Cuerpo Diplomático el pasado 12 de enero, surgen grandes posibilidades de cooperación entre la Santa Sede y España en asuntos en los que, además, existe convergencia de criterio como son, entre otros, la paz en Oriente Medio; el diálogo con el mundo islámico; el proceso de la construcción europea; la operatividad del sistema en Naciones Unidas, en cuyo Consejo de Seguridad sería deseable que llegue un día en el que Europa hable con una sola voz; una globalización que disminuya las desigualdades de riqueza y oportunidad en el mundo; la atención especial a África tan claramente expresada recientemente en el último Congreso del Pontificio Consejo de Justicia y Paz y; en general, el respeto de los derechos humanos y de un consenso moral universal que incluya principios del Derecho Natural que siempre ha defendido Vuestra Santidad».

Antes de despedirse, el embajador agradeció al Papa el que le haya concedido audiencia de una manera tan rápida tras su nombramiento para participar en plena calidad de embajador en la visita que realizará el 21 de junio al Santo Padre el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.

El Consejo de Ministros del gobierno español aprobó el 4 de junio el nombramiento como nuevo embajador de España ante la Santa Sede de Jorge Dezcallar, que sustituye a Carlos Abella Ramallo.

Dezcallar nació en Palma de Mallorca en 1945, es licenciado en Derecho, y en 1971 ingresó en la carrera diplomática.

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ZENIT Staff

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