Vicario Apostólico en Libia: 'No me voy, no abandono a los cristianos'

Monseñor Martinelli ha asegurado a Radio Vaticano: ‘Mi misión es ser testigo de Jesús’. Italia ha cerrado su embajada en Trípoli y ha pedido a sus ciudadanos que abandonen el país

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En medio de la situación extrema de los cristianos en Oriente Medio, las dificultades de la Iglesia en Libia han pasado casi desapercibidas ante la opinión pública mundial. Los fieles se enfrentan a su peor momento, desde la caída del régimen de Muamar el Gadafi, debido a la inestabilidad social y a la ausencia de orden que ha permitido los enfrentamientos entre diferentes grupos armados por el control del país. A este panorama, hay que sumar la decapitación difundida este domingo de una veintena de coptos egipcios a manos de la rama libia del Califato Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), el último capítulo de una macabra lista de brutales asesinatos por parte de la organización terrorista. 

Preguntado por Radio Vaticano sobre si permanecerá en el país, el Vicario Apostólico de Trípoli, Mons. Giovanni Innocenzo Martinelli ha afirmado este lunes que «¡tengo que quedarme! ¿Cómo voy a dejar a los cristianos sin nadie?». «Estamos aquí para ser testigos de lo que Jesús nos dice que hagamos. Y eso es todo», ha añadido. «Si no fuera por la fe, no estaríamos aquí», ha enfatizado. 

Ante las graves circunstancias que está atravesando Libia, el prelado franciscano ha pedido a la comunidad internacional que sea «capaz de iniciar un diálogo con este país que está dividido». Asimismo, ha realizado un llamamiento a «ser instrumentos de unidad, sobre todo para el propio país y luego para el resto». 

Monseñor Martinelli ha lamentado también que «hemos pensado en tomar el petróleo, hemos pensado en nuestros intereses y nos hemos olvidado un poco del diálogo humano, sincero, entre las partes». En esta línea, ha apostado por un «diálogo fraterno entre civilizaciones». 

Para el Vicario Apostólico de Trípoli, «los musulmanes podrían también hacer lo posible para encontrar una cierta serenidad». «No es fácil, esto, ahora no es fácil. Sin embargo, creo que es la única manera de hacer posible este encuentro», ha reconocido.

El prelado franciscano ha concluido sus declaraciones asegurando que la financiación de los yihadistas proviene de «los pozos de petróleo de Libia, los del Golfo Pérsico, etcétera».

Por su parte, las autoridades italianas han anunciado el domingo el cierre temporal de su embajada en Trípoli «por el empeoramiento de las condiciones de seguridad» en Libia y ha repatriado por vía marítima a su personal.

La decisión ha sido adoptada en un contexto de creciente violencia y descontrol, y tras el constante avance en el país del Estado Islámico, ha informado el ministerio de Exteriores.

Durante las últimas semanas el Gobierno italiano ha recordado a sus ciudadanos la recomendación de abandonar temporalmente el territorio libio por la «creciente inestabilidad» sobre el terreno.

La caída de Sirte (segunda ciudad del país, 400 kilómetros de Trípoli), que también está en manos del ISIS, ha sido considerado un hecho particularmente grave por los servicios italianos presentes en Libia, donde en gran parte del territorio nacional hay choques entre diferentes grupos y milicias armadas.

Italia se ha visto obligada a cerrar la sede de su representación diplomática «frente al deterioro de la situación», ha explicado el titular italiano de Exteriores, Paolo Gentiloni, quien el sábado fue definido como «un ministro de las cruzadas» por el Estado Islámico, tras haber declarado que Roma está lista para participar en una acción en Libia, en el caso que así lo decidan las Naciones Unidas. En un vídeo, el ISIS indicó: «Antes estabamos en una colina de Siria. Hoy estamos al sur de Roma, en Libia».

Gentiloni presentará un informe sobre la situación libia el jueves ante el Parlamento para verificar junto a las fuerzas políticas del país una eventual participación de Italia en una intervención internacional «dentro del marco de la ONU».

En declaraciones al canal de televisión Sky24, el canciller de Exteriores ha asegurado que Italia «mantiene la cooperación con la comunidad internacional para combatir el terrorismo y reconstruir un estado unitario e inclusivo en Libia, sobre la base del acuerdo negociado por el enviado especial de la ONU», el español Bernardino León.

La ministro de Defensa, Roberta Pinotti, ha subrayado a su vez que Roma está lista a encabezar una coalición de países europeos y norteafricanos, misión en la que Italia participaría con más de cinco mil hombres.

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ZENIT Staff

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