Vicario de Roma: “La búsqueda de la verdad, misión de la universidad”

El cardenal Vallini inauguró el curso de la Lateranense

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ROMA, viernes 31 de octubre de 2008 (ZENIT.org).- La misión de la universidad de buscar y enseñar la verdad en medio de una sociedad relativista, fue el tema de la conferencia del cardenal Agostino Vallini, vicario de la diócesis de Roma, durante la inauguración del año académico en la Pontificia Universidad Lateranense el pasado miércoles.

Según recogió L’Osservatore Romano en su edición de ayer, el cardenal Vallini afirmó que la universidad «debe ser el lugar no sólo donde se conserve la pasión por la verdad sino donde se mantenga viva la constante atención a lo que viene del mundo para ser capaz de proporcionar una respuesta que alcance la mente y el corazón de las personas».

El purpurado invitó a los asistentes a estudiar el magisterio pontificio de Benedicto XVI, quien «tantas veces ha ahondado en temas como la conjugación entre la fe y la razón, el aporte fundamental del cristianismo a las culturas, la naturaleza misma de la universidad en la búsqueda de la verdad y la necesidad de que esta responda a los desafíos de hoy».

Para responder a esta exigencia es necesario, afirmó, «que la universidad se haga cargo primero, de recuperar el sentido de la tradición como un fundamento indeleble para sostener el crecimiento de la identidad cultural y personal» y que para ello debe existir un «desarrollo armónico sin rupturas con el pasado que se da por la incapacidad de saberse colocar en un contexto histórico y envolverse en este».

Por ello señaló la importancia de recuperar la Palabra de Dios como fundamento ya que en ella se encuentran los «principios de verdad, de inteligencia y de vida que son auténticos ideales a los que inspira no sólo la vida personal de quienes creen sino también la vida social y colectiva».

Señaló cómo la verdad no se debe buscar en la soledad ni de manera estática. «Al contrario, es fruto de una perenne colaboración que se crea entre las personas y cada fase constituye sólo una etapa que conduce a la plenitud que sólo el fruto podrá dar como don definitivo», dice.

El cardenal recalcó la importancia de educar en el sentido de la verdad en medio de la plaga del relativismo. «Su continua búsqueda no es otra cosa que un anhelo y un deseo de conocer siempre de más no solo cuanto lo circunda, sino de conocerse a sí mismo y conocer el misterio de su existencia».

Añadió que la verdad «obliga a entrar en su lógica, pide que abandonemos nuestras visiones parciales para entrar en un horizonte global que permita abarcar todo».

La verdadera libertad

El cardenal Vallini aseguró cómo la verdad y la libertad deben conjugarse y advirtió la visión errada que se tiene de libertad cuando se entiende como un capricho o una tendencia a mirarse a sí mismo independientemente de los demás «sin darme cuenta que en este modo no sólo no se realiza ninguna libertad sino que ella misma se convierte en opresora porque marca una traición en los confrontes de sí mismos».

Aseguró que este es el momento de presentar toda la verdad en la persona de Jesucristo. «El hombre que en el misterio de su vida pide ser escuchado y de que crean en Él porque lleva consigo la clave para interpretar el enigma de la propia vida» e insistió en la idea de verlo, no como un mito, ni como el simple jefe de una religión.

Así mismo dijo que una formación auténtica «no se puede relegar la pregunta ni impedir que se presente al persona de Jesucristo».

El cardenal concluyó su intervención diciendo que la misión formadora de la universidad debe estar integrada con la de la familia, la escuela y las instituciones civiles. Y advirtió que si una sola de estas realidades pretende desarrollarse por sí sola «caería fácilmente en el error de no tener nunca la fuerza para incidir de manera significativa y duradera».

Por Carmen Elena Villa Betancourt

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ZENIT Staff

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