Vicepresidente paraguayo presenta exposición sobre las Reducciones Jesuitas

Y la obra del padre Aldo que en ese país revive el mismo espíritu

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RÍMINI, viernes 28 de agosto de 2009 (ZENIT.org) -Luis Federico Franco Gómez, vicepresidente de la República del Paraguay, ha presentado este viernes en el Meeting de Rímini una exposición dedicada a las reducciones jesuitas creadas en el país entre los siglos XVI y XVIII.

Franco insistió en que su presencia en la trigésima edición del encuentro, en el que en todas sus actividades participan unas 700 mil personas, es fruto de su amistad con el padre Aldo Trento, que también ha presentado un libro de dos volúmenes sobre las reducciones.

Una amistad que suscitó en el vicepresidente, según sus propias palabras, el deseo de recuperar la memoria de la civilización guraní y de su desarrollo gracias a la obra de los jesuitas.

«La obra del padre Aldo y de los jesuitas están unidas. Los guaraníes creían en un solo Dios y lo buscaban en su camino hacia la Tierra sin mal, pero vivían en familias separadas. Los jesuitas les unieron, al demostrarles cómo la vida aislada no sirve de nada, y haciéndoles encontrar aquello que buscaban: a Cristo».

Franco recordó que también hoy las familias de Paraguay viven una situación difícil: separaciones, personas marginadas, sida, mujeres solas, niños de la calle, ancianos.

El padre Aldo, nacido en Italia en 1947, ha hecho revivir en su parroquia de San Rafael, en Asunción, con unos diez mil habitantes, la conciencia y el espíritu de las Reducciones de los Jesuitas.

Ha creado un hospital, que desde 2004 ha ofrecido asistencia a 14 mil enfermos, un jardín de infancia y una escuela, una empresa agrícola en la que trabajan enfermos de sida no terminales, casas para niños huérfanos o enfermos de sida, un asilo para ancianos, y un banco de alimentos y un banco para donantes de sangre.

«La obra del padre Aldo aparece como una nueva evangelización y su Hospital de San Rafael es una respuesta a la necesidad de estas personas. Los jesuitas y el padre Aldo han hecho en Paraguay lo mismo: han salvado almas para la gloria de Dios».

El padre Aldo se dedica sobre todo a enfermos terminales o personas que sufren de depresión, a partir de su experiencia de vida, que también ha tenido que afrontar en su propia piel la depresión.

El vicepresidente terminó su intervención agradeciendo la labor del padre Aldo y la ayuda del movimiento Comunión y Liberación a esta obra.

Por su parte, el padre Aldo comenzó su intervención con dos citas de personajes de la historia española, como Isabel la Católica y Carlos V. De Isabel la Católica leyó unas palabras que apuntaban la base de la conquista española del continente americano: «el principal fin es que aquellos pueblos abracen la fe». Y de Carlos V: «Es preferible caer antes que perder una sola alma para Dios».

El Padre Aldo ha definido las Reducciones como «un intento humano de los jesuitas por dilatar la compañía de Jesús mediante el anuncio de un acontecimiento que cambia la vida. El guaraní era un pueblo de hombres libres, protagonistas de su propia vida, capaces de lograr con su trabajo un gran desarrollo económico. Estaban fascinados por la belleza. Al entrar en la iglesia, el indio quería encontrar el Paraíso y así lo ha mostrado en el arte, la pintura, la escultura, la música». 

Una vida cotidiana determinada por el hecho cristiano

 Ésta es, en resumen, la experiencia que refleja la exposición sobre las Reducciones en Paraguay: la de una vida cotidiana determinada por el acontecimiento cristiano. Experiencia que se desarrollo en un espacio de tiempo de casi 150 años, desde finales del XVI hasta mediados del XVIII, con una historia muy rica en la que se mezclan la vida de los humildes indios guaraníes con la de ilustres personalidades de la época, como el padre Antonio Ruiz de Montoya o el padre Antonio Sepp, definido como «el genio de las Reducciones».

A raíz de este encuentro entre los indios guaraníes y el cristianismo vivido nació esta experiencia absolutamente única, original y diferente a cualquier otra.

Al visitar esta exposición sorprende pensar cómo fue posible hace 400 años crear en medio de la selva estas imponentes basílicas. Una sorpresa que aumenta al descubrir el sistema de propiedad y el modelo económico desarrollado en las Reducciones, donde las personas que antes vivían en la pobreza han llegado a crear un sistema productivo capaz de sostener a más de 140.000 personas en 30 reducciones.

Sorprende también el modelo de educación propuesto y vivido en esta experiencia, por el cual todos sabían escribir y la escuela era obligatoria para todos los niños, cuando todavía en Europa la mayor parte de la población era analfabeta.

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ZENIT Staff

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