Vietnam: El Gobierno persigue a las tribus cristianas de las montañas

La ONU paga un programa de esterilización entre esas poblaciones

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ROMA, 27 enero 2002 (ZENIT.org).- Forzados a beber sangre de cerdo y a renunciar a la fe cristiana. De esta manera se aplica la libertad religiosa
a los «montagnard», las poblaciones de las montañas vietnamitas (en gran parte cristianos protestantes), por parte de las autoridades de Vietnam, según denuncia este sábado el diario Avvenire.

La última ola de violencias se desencadenó durante el periodo de Navidad para impedir el desarrollo de la tradicional vigilia de oración. Las tribus que viven en los altiplanos centrales vieron llegar fuerzas armadas y agentes de seguridad a mediados de diciembre y empezaron las batidas, arrestos, torturas y desapariciones.

Todos los casos, que han tenido como centro la provincia de Daklak, están recogidos en un informe publicado por la Fundación Montagnard que cita una por una a todas las víctimas de la represión.

El punto álgido de la operación tuvo lugar los días 24 y 25 de diciembre en un grupo de aldeas -­Bion Sup, Buon Ea Rok y Buon Koya–, donde llegaron doscientos policías y soldados que comenzaron a destruir todas las decoraciones navideñas.

Luego «amenazaron con arrestar, golpear y encarcelar a los montagnard que salieran de sus casas para la oración».

Además «mataron un cerdo y obligaron a los montagnard a beber la sangre», un ritual ligado a
las tradiciones animistas, y por último obligaron a los cristianos «a renunciar públicamente a su fe».

Es dramático también el caso de trescientos refugiados montagnard que habían tratado de huir de los soldados vietnamitas pasando la frontera con Camboya. Pero allí les esperaban soldados camboyanos que los detuvieron y el 28 y 29 de diciembre.

El Gobierno camboyano vendió a muchos de ellos (a cambio de una recompensa por cada refugiado) a las autoridades vietnamitas.

Según los habitantes locales, estas personas –entre las que había muchas mujeres y niños–
fueron llevadas de nuevo al distrito de Dak Mil y salvajemente torturadas, antes de hacerlas desaparecer no se sabe dónde.

La represión contra los montagnard no es una novedad pero parece haberse intensificado en los dos últimos años tras una conversión masiva al cristianismo registrada en la región.

Los montagnard tuvieron ya vida difícil durante la ocupación francesa y también con el gobierno de Vietnam del sur, a pesar de que durante la guerra de Vietnam los estadounidenses les convencieron para que estuvieran de su lado.

Esto contribuyó a agudizar la represión de las autoridades comunistas desde 1975. El factor principal de la nueva campaña, según es la política de «Nivelación cultural» con la que el régimen comunista ha decidido desarraigar todas las culturas minoritarias de Vietnam
asimilándolas a la mayoría.

Las autoridades vietnamitas han recibido, según denuncia «Avvenire», el apoyo del Fondo de Naciones Unidas para la Población (UNFPA). Denuncias de la organización «Save the Montagnards», financia un rígido programa de control de nacimientos, que prevé la esterilización.

En 2001, sólo para programas destinados a los montagnard, el UNFPA ha invertido en Vietnam 17,9 millones de dólares.

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ZENIT Staff

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