Violencia en Macedonia: El obispo católico exige diálogo

Propone que albaneses y macedonios se sienten a una mesa de negociación

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PRIZREN, 16 mar 2001 (ZENIT.orgFIDES).- El único camino para evitar al guerra en Macedonia pasa por la negociación directa entre las fuerzas políticas internas, afirma en declaraciones a la agencia misionera de la Santa Sede, Fides, monseñor Marko Sopi, obispo de Skopje y Prizren

Los enfrentamientos que mantienen desde hace tres días fuerzas macedonias y guerrilleros albaneses en torno a Tetovo se recrudecieron hoy viernes, según ha confirmado el portavoz del Ministerio del Interior macedonio, Stevo Pendarovski.

Según las informaciones disponibles, una Iglesia cristiana ortodoxa de la comunidad macedonia eslava resultó dañada por una granada de mortero disparada por los «terroristas» albaneses, como los define el mismo Ministerio.

«No soy un político ni un militar –dice monseñor Sopi obispo de los católicos de Macedonia y Kosovo–, sino que hablo movido por mi preocupación pastoral. Creo que la única solución hay que buscarla entre los políticos de Macedonia, encontrando vías pacíficas de negociación con representantes de la numerosa población albanesa, la cual pide que se le reconozcan sus derechos».

Los enfrentamientos que tienen lugar en Teotovo, segunda ciudad de Macedonia con 200 mil habitantes, están provocando la huida de miles personas que abandonan sus casas para buscar lugares más seguros. Monseñor Sopi informa que no son sólo los cristianos ortodoxos, sino también albaneses, católicos y musulmanes.

Si bien reconoce el riesgo que el pánico puede generar a la hora de extenderse un clima de guerra, precisa: «una cosa es Kosovo y otra muy diferente Macedonia». Según el prelado no se dan los precedentes para que se verifique una catástrofe como la de la región ex Yugoslava de mayoría albanesa.

El estallidos de los enfrentamientos en Macedonia preocupa a la Unión Europea, que ha condenado la intervención armada de los guerrilleros albaneses del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK). La OTAN, Estados Unidos y Rusia han manifestado su alarma, así como la vecina República Federal de Yugoslavia, que ha colocado sus tropas en la frontera para evitar incursiones de los mismos guerrilleros.

Los terroristas persiguen el sueño de una «gran Albania» que reuniría a Albania, Kosovo, y otras regiones de los Balcanes con presencia albanesa. Una pesadilla que tiene lugar tras el fantasma fracasado de la «gran Serbia» de Slodoban Milosevic.

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ZENIT Staff

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