Violencia y masivos secuestros del LRA aterrorizan a los civiles ugandeses

Continúa el avance de los rebeldes hacia el sur del país

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KAMPALA, 29 junio 2003 (ZENIT.org).- En su imparable violencia, los rebeldes del «Ejército de Resistencia del Señor» (LRA) secuestraron la noche del pasado lunes a doscientas personas aproximadamente –la mayoría jóvenes– en la región del norte de Uganda habitada por las etnias Teso y Kuman.

El ataque tuvo lugar en la escuela católica «Lwala Girls’ Senior Secondary School» –administrada por la misión local–, en el distrito de Kaberamaido, a 40 kilómetros al noroeste de Soroti. 80 jóvenes fueron obligadas a seguir a los rebeldes, quienes fueron secuestrando sucesivamente a otras 120 personas de los pueblos vecinos, preferentemente jóvenes y mujeres.

Un portavoz del ejército gubernativo afirmó que el número de secuestros en Lwala ascendía a 100, según la agencia misionera «Misna».

El miércoles se confirmó la liberación de ochenta de las estudiantes secuestradas. Veinte llegaron a Soroti, mientras que las otras sesenta fueron recibidas precisamente en Lwana.

Por el momento se desconoce si la liberación ha sido iniciativa de los rebeldes o si ha sido obra del ejército gubernativo. Tampoco se puede excluir que las propias rehenes hayan conseguido huir por su cuenta de las manos de los «olum» del LRA que hace días infestan la región.

Aún no se conoce el paradero del resto de los civiles secuestrados en la misma circunstancia y que superan el centenar.

Además, la noche del lunes, tres secciones distintas del LRA intentaron penetrar en la ciudad de Soroti, a 290 kilómetros al noroeste de Kampala, atacándola en otros tres frentes, pero las fuerzas gubernativas lograron rechazar a los «olum» –«hierba», como se denomina en lengua Acholi a estos rebeldes–.

El avance de los rebeldes hacia el sur inquieta cada vez más a la sociedad ugandesa y preocupa al ejército regular, incapaz de contrarrestar la feroz cruzada del líder del LRA Joseph Kony, un visionario a sueldo de Sudán que intenta derrocar el gobierno del presidente ugandés Yoweri Museveni.

Expresando su enorme preocupación por la situación, el obispo de Soroti, monseñor Erasmus Desiderius Wandera, denunció el pánico que ha cundido entre la población a causa de los numerosos actos de violencia perpetrados por los rebeldes y confirmó que «miles de desplazados se dirigen al centro de Soroti por miedo a nuevas agresiones».

La inseguridad reina en este momento en dicha diócesis, donde al menos siete misiones católicas han cerrado debido a la presencia masiva del LRA. Las parroquias de Acumet, Orungo Wera, Lwala y Madera, después de sufrir ataques, han cerrado también sus puertas. Lo mismo han hecho por prevención las misiones de Amuria y Katine.

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ZENIT Staff

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