ROMA, jueves 24 de septiembre de 2009 (ZENIT.org).- La Jornada de reflexión judeocristiana del 17 de enero, que suele celebrarse en Italia el día antes de la Semana de Oración por la Unidad de los cristianos, volverá a celebrarse en 2010.
Así se hizo público al final del encuentro, celebrado ayer martes, entre el cardenal Angelo Bagnasco, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, y los rabinos Giuseppe Laras, presidente de la Asamblea Rabínica Italiana, y de Riccardo Di Segni, rabino jefe de la comunidad judía de Roma.
Las Jornadas se retoman así tras la negativa de la comunidad judía de participar, en enero del año pasado, en protesta por el permiso concedido por el Papa Benedicto XVI de utilizar la fórmula, aunque modificada, del Oremus et pro Iudaeis para el rito tridentino.
Según explica una nota de la Conferencia Episcopal, el cardenal Bagnasco, en este periodo iniciado con Rosh Ha-Shanah, que además de ser el año nuevo judío es también el primero de los diez días penitenciales que terminan con el Yom Kippur (en día del Perdón), quiso felicitar a los dos rabinos, pidiéndoles que extendieran la felicitación a todos los judíos italianos.
«Durante el encuentro – dice la nota – el cardenal reafirmó su estima personal y la de los obispos de la Conferencia Episcopal hacia las Comunidades judías italianas».
Bagnasco afirmó que «comprende las reacciones de preocupación» por parte judía – motivo de la suspensión de la celebración de la jornada del año pasado – relacionadas con la modificación, por parte de Benedicto XVI, de la oración por los judíos (Oremus et pro Iudaeis) que se recitaba en la liturgia del Viernes Santo antes del Concilio Vaticano II y que el Papa ha condedido usar sólo a las comunidades que celebran bajo esta forma del rito latino.
En la nueva formulación se invoca a Dios para que «ilumine» el corazón de los hebreos «para que reconozcan a Jesucristo como Salvador de todos los hombres».
El cardenal Bagnasco subraya que «no hay, en el modo más absoluto, cambio alguno en la actitud que la Iglesia católica ha desarrollado hacia los judíos, sobre todo a partir del Concilio Vaticano II», y que «no es intención de la Iglesia católica actuar activamente por la conversión de los judíos».
También manifestó «su preocupación por esos focos de antisemitismo y de antijudaísmo que, de tanto en tanto, siguen apareciendo, confirmando la necesidad de una atenta vigilancia» y la necesidad de vínculos más profundos de «amistad» y de «estima recíproca» con el fin de «eliminar aquellos elementos que puedan favorecer actitudes antijudías».
«El camino realizado en estas últimas décadas ha sido extraordinario y lleno de frutos para todos».
«Al término del encuentro – concluye la nota – ambas partes auguraron que se favorezcan de todas las formas posibles, tanto a nivel institucional nacional que de base, las ocasiones de encuentro: la fe en el Dios de los Padres, recibida como un don, hace responsables a los creyentes cristianos y judíos hacia la edificación de una convivencia basada en el respeto de las Enseñanzas de Dios».
La Conferencia Episcopal Italiana puso en marcha esta iniciativa en 1990, con autoridades y personalidades del mundo hebreo, que se ha extendido en otras partes de Europa, a partir del encuentro ecuménico de Graz (Austria), en 1998.
Este encuentro se celebra inmediatamente antes de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que tiene lugar todos los años entre el 18 y 25 de enero.
Desde 2005 se había iniciado un programa de reflexión de diez años sobre las «Diez Palabras», el Decálogo, revelado por Dios a Moisés en el monte Sinaí. Por tanto, en el próximo encuentro, se reflexionará sobre el cuarto mandamiento (según la numeración hebrea): «Acuérdate del día del Sábado para santificarlo».
