«Ya no hay diferencias entre países cristianos y tierras de misión»

Semana de Misionología en España

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BURGOS, jueves, 15 julio 2004 (ZENIT.orgVeritas).- Es necesario revitalizar la estructuras diocesanas en orden a la misión «ad gentes», para fomentar la comunión y para permitir una mayor presencia de los laicos; son las conclusiones de los expertos Fausto Franco y Fernando Jordán en la 57 Semana de Misionología de Burgos.

Ambos teólogos son partidarios de dar mayor protagonismo a órganos diocesanos colegiales, de manera especial los Consejos diocesanos de Pastoral y de Misiones.

Para Fausto Franco, delegado de Misiones de Zaragoza, que habló ayer sobre el Consejo diocesano de misiones, es «absolutamente necesario despertar en todos los bautizados la conciencia de ser enviados-misioneros. Es urgente capacitar a los creyentes para presentar el mensaje cristiano a los no creyentes, y a los mismos cristianos cuya formación deja mucho que desear»

Para Franco, en orden a la comunión, es necesario potenciar la figura del Consejo diocesano de Misiones, en el que estén representados «todos los sectores que trabajan en la animación misionera, así como de Institutos específicamente misioneros, laicos misioneros, parroquias, CONFER, Seminario Diocesano, Dirección Diocesana de O.M.P. y Misiones Diocesanas».

Según el delegado de misiones, la nueva situación de la Iglesia, en la que «cada vez hay menos diferencias entre los países cristianos y las tierras de misión, viene marcada por «la irrupción de un nuevo tipo de paganismo en España: «Pérdida de la memoria y de la herencia cristianas»; «fragmentación de la existencia»; «intento de hacer prevalecer una antropología sin Dios y sin Cristo».

Otro de los datos que caracterizan a la sociedad actual son los actuales flujos migratorios constituyen el movimiento humano más vasto de la historia de la humanidad», así como «la presencia entre nosotros de varias religiones y culturas».

Para Franco, la Iglesia española debe tomar conciencia de la necesidad de «una conversión pastoral de cada Iglesia particular. El gran cambio de perspectiva nos lo da el descubrimiento de que toda tierra es tierra de misión». Por otro lado, «no podemos seguir concibiendo la misión ad gentes desde las conversiones en masa y desde las grandes multitudes, sino persona a persona».

Por otro lado, para el teólogo, es necesario contar en la misión con «la experiencia de un sinnúmero de congregaciones religiosas, institutos misioneros y movimientos apostólicos. Todos ellos siguen aportando savia vital para la misión. Pero han ido apareciendo también nuevos movimientos y nuevas comunidades eclesiales que es necesario tener en cuenta».

Otra de las herramientas en esta misma línea de la misión «ad gentes» en toda la Iglesia sin distinción, según Fernando Jordán, vicario general de la diócesis de Jaca, es la mayor importancia que deben tener en las diócesis el Consejo diocesano de Pastoral.

Esta institución diocesana, según Fernando Jordán, «ha de pensar y actuar en clave de comunión universal para emprender una nueva evangelización». Este Consejo debería ser expresión de comunión dentro de la Iglesia, pues según Jordán, «la mayoría de edad de los laicos requiere que, a medida que van asumiendo responsabilidades, tengan participación en la toma de decisiones».

«Los obispos españoles hablando a los laicos les dicen que participarán también en la toma de decisiones. Y el mismo Juan Pablo II, hablando de la participación de los laicos en los Consejos, dice que el principio de colaboración, en determinadas ocasiones es también de decisión», sin que estos principios «menoscaben la autoridad y responsabilidad del obispo», añadió.

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ZENIT Staff

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