Zélie y Louis Martin entendieron que los hijos no son propiedad de los padres

Entrevista con el Padre Antonio, vice postulador de la causa de beatificación de los papás de santa Teresita

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 15 enero 2009 (ZENIT.org).- Las reliquias de los papás de santa Teresita del Niño Jesús están viajando por diferentes ciudades de Italia. Estuvieron en la basílica de San Pedro en Roma desde el pasado sábado hasta hoy miércoles.

Benedicto XVI, en una carta de preparación del VI Encuentro Mundial de las Familias, presenta a Marie Zélie Guérin (1831-1877) y Louis Martin (1823-1894) como «modelos ejemplares de vida cristiana para las familias de hoy».

El padre Antonio Sangalli, vice postulador de la causa de canonización de los esposos, beatificados el pasado 19 de octubre en Lisieux, Francia, acompaña siempre estas reliquias.

El milagro para la beatificación de esa pareja se dio en el año 2002. Consistió en la curación inexplicable del pequeño Pietro Schilirò, quien sufría de una grave malformación congénita en el pulmón. Sus padres Valter y Adele pidieron a los esposos Zélie y Louis que intercedieran por el pequeño, gracias a un consejo de este sacerdote carmelita, quien días atrás había bautizado a Pietro, según el ritual romano de peligro de muerte (Cf. Pietro, el niño curado por intercesión de los papás de santa Teresita).

Esta es la entrevista que el padre Sangalli ha concedido a ZENIT.

¿Cómo comenzó su cercanía con los esposos Zélie y Louis ?

–Padre Sangalli: Es puramente «casual». Les pasé a Valter y a Adele la oración a los padres de Santa Teresita porque estaban desesperados, para que tuvieran la fuerza y el valor para entender aquel momento difícil. Yo les había aconsejado que rezaran cuando me llamaron para bautizar a Pietro. Les aconsejé que se encomendaran a la intercesión de estos padres, Zélie y Louis, que habían perdido cuatro hijos y habían encontrado la valentía para dar este paso dificilísimo. Yo no rezaba por la curación del niño. Dios nos ha concedido mucho más de lo que le estábamos pidiendo.

Yo pedía sólo que el papá y la mamá encontraran la fuerza y acompañaran con afecto y amor a este niño hacia la muerte. Entonces, cuando después ocurrió el milagro, los padres me pidieron que fuera el vice postulador del milagro.

Yo pedía que este papá y esta mamá no perdieran la cabeza. De este modo me convertí en el vice postulador «casualmente», por el hecho de que sucedió este milagro.

Antes de la curación de Pietro ¿tenía usted alguna devoción especial por los esposos Martin?

–Padre Sangalli: Me interesaba en ellos por ser los padres de Santa Teresita, sabía que se había aprobado la heroicidad de sus virtudes, pero mi intención era la de ayudar a través del ejemplo de estos dos padres que habían perdido cuatro hijos para que no se desesperaran. Me dirigí a ellos sólo por este hecho. No por otro motivo.

¿Qué cree que pueden decir los esposos Martin a las familias de hoy?

–Padre Sangalli: En esta pareja yo puedo admirar muchos aspectos. Uno de ellos es el que subrayó el Santo Padre, el 11 de enero, al bautizar a trece niños en la Capilla Sextina, cuando decía que los hijos no son propiedad de los padres. Ellos han vivido esto perfectamente.

¿Cuáles son las virtudes que usted más admira de los esposos Martin?

–Padre Sangalli: Habían perdido cuatro hijos, pero no por ello se sentían en propiedad de la vida, del futuro, del destino del resto de sus hijos. Sentían que eran colaboradores de Dios en este designio y ofreciendo el dolor y el sufrimiento, implorando al Señor: «Somos esposos, somos colaboradores con Dios en la vida, ministros y siervos». Y esto es muy fuerte.

No se sintieron nunca como propietarios de los hijos. No impusieron nada a los hijos. Los ejemplos que estos hijos han vislumbrado en los padres ha sido un estímulo para su elección de vida, porque veían que el papá y la mamá vivían una experiencia conyugal cristiana radical.

Por Carmen Elena Villa

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ZENIT Staff

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