Zimbabue: 20 años de cárcel a quien transmita deliberadamente el sida

Las asociaciones de derechos de la mujer aplauden la medida

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HARARE, 26 agosto 2001 (ZENIT.org).-Zimbabue, uno de los países más afectados por el sida, ha adoptado una legislación muy estricta contra la criminalidad sexual que prevé penas de hasta 20 años de cárcel para las personas que transmitan deliberadamente esta enfermedad.

La nueva legislación sobre la criminalidad sexual, firmada en los últimos días por el presidente Robert Mugabe, reconoce también la violación dentro del matrimonio y refuerza la protección de los disminuídos psíquicos contra las agresiones sexuales.

Respecto a la transmisión voluntaria del sida, la ley estipula que «toda personas que sepa que está infectada y actúe intencionadamente o permita actuar intencionadamente sabiendo que infectará a otra personas será declarada culpable». La ley considera también que toda relación sexual no consentida entre marido y mujer puede ser una violación.

Las asociaciones de defensa de los derechos de la mujer han aplaudido la adopción de esta nueva ley, que permite a las mujeres «tener el control de sus cuerpos ya que los hombres no pueden violarlas», según indicó una militante de estas organizaciones, Val Ingam-Thorpe.

Según los estudios oficiales sobre el sida en Zimbabue, donde uno de cada cuatro adultos es portador del virus, las relaciones sexuales sin protección dentro del matrimonio representan un gran peligro de contaminación para las mujeres.

Pero los opositores a esta ley aseguran que podría provocar discordia dentro del matrimonio, ya que la dote que paga el marido en el momento de casarse es percibido como un derecho que le autoriza a tener relaciones conyugales sin obstáculos. Por el contrario, los que apoyan esta legislación aseguran que «mejorará la calidad de los matrimonios, ya que los hombres deberán cortejar a sus esposas».

Otra de las cosas que la ley castiga duramente es mantener relaciones sexuales extramaritales con una menor de 16 años, algo que puede ser castigado hasta con 10 años de cárcel. Esta disposición está motivada por el hecho de que los curanderos tradicionales recomiendan a los enfermos de sida violar a una joven virgen para «curarse».

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ZENIT Staff

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