Zimbabwe: La Iglesia se siente perseguida por el Gobierno

Por sus denuncias de la corrupción, indica el arzobispo Ncube

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BULAWAYO, 7 marzo 2002 (ZENIT.org).- Monseñor Pious Ncube, arzobispo católico de Matebeland, parece cansado y enfadado. Ha estado en los tribunales de Bulawayo para pagar la fianza de uno de sus sacerdotes, el padre Marko Mkandla, que ha estado detenido durante dos días por tener un hacha en el coche, informa hoy «The Age».

En las áreas rurales, como la parroquia Regina Mundi del padre Mkandla, los elefantes a menudo empujan árboles que después obstaculizan las carreteras. Por este motivo, es considerado una obligación civil llevar un hacha. Pero la policía no quiso aceptar esta explicación del padre Mkandla, cuando fue arrestado el pasado sábado.

Aunque fue educado por misioneros europeos y va a misa cada domingo, el presidente Robert Mugabe tiene poco tiempo para ir a la Iglesia católica. Durante las dos últimas semanas, su policía ha arrestado ya a dos sacerdotes en Matebeland, uno de ellos estadounidense que participaba en un servicio de oración ecuménico por la paz.

Al mismo tiempo, las bandas de perturbadores que apoyan al presidente han asaltado a tres sacerdotes en la provincia de Masvingo.

Monseñor Ncube, que ha criticado repetidamente el gobierno de Mugabe, acusado de corrupción y abusos a los derechos humanos, es un objetivo habitual del partido en el poder. «Dicen que soy homosexual, que estoy haciendo campaña para la oposición desde el púlpito y cosas por el estilo», dice el arzobispo.

Monseñor Ncube no hace un secreto de su oposición al Gobierno. «No están sirviendo al pueblo. Sólo se sirven a sí mismos», dice. «Cuando Mugabe llegó, era admirado por todos. Tenía una buena educación, era muy inteligente e inició un proceso de reconciliación. Pero desde entonces se ha hecho cada vez más corrupto. Este país está en deuda. Está en la bancarrota total, y él se va de compras a Londres y París. El dinero ha desaparecido».

Según monseñor Ncube, Mugabe y sus seguidores han silenciado deliberadamente a miembros del público en su intento de robar las elecciones presidenciales de este fin de semana.

«La gente tiene miedo a hablar –dice–. Sus agentes de inteligencia están en todas partes. La gente sabe que la elección está amañada pero no hay nada que puedan hacer. Tienen demasiado miedo».

Rechaza la afirmación del Gobierno de que su apoyo a las incautaciones de las granjas con propietarios blancos sean parte de un impulso popular contra el colonialismo. «No les interesa la tierra, sino la permanencia en el poder. La tierra está siendo utilizada», dice.

«El desempleo alcanza al 70%. Las factorías están cerradas. Se han perdido 300.000 empleos este año. Los profesionales se están yendo del país. El 80% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, pero se supone que Zimbabwe es uno de los países más ricos de África», concluye monseñor Ncube.

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ZENIT Staff

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