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26/01/2022-03:28

Redacción Zenit

¿Interpretación de sueños? Papa Francisco explica el sentido cristiano de los sueños con la figura de san José

Por: Diego López, LC

(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 26.01.2022).- La catequesis del Papa en la audiencia de este miércoles 26 de enero se centró en los sueños de san José que están referidos en el Evangelio. Tomando pie de esto, ha hecho dos reflexiones: la primera sobre el papel de la oración en nuestra vida, y la segunda se convirtió en consejos prácticos para los padres sobre cómo afrontar los problemas con los hijos.  Ofrecemos el texto de la catequesis con encabezados agregados por ZENIT.

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José, un hombre de sueños que permite entender qué es soñar

Hoy quisiera detenerme en la figura de san José como hombre que sueña. En la Biblia, como en las culturas de los pueblos antiguos, los sueños eran considerados un medio a través del cual Dios se revelaba. El sueño simboliza la vida espiritual de cada uno de nosotros, ese espacio interior, que cada uno está llamado a cultivar y custodiar, donde Dios se manifiesta y a menudo nos habla. Pero también debemos decir que dentro de cada uno de nosotros no está solo la voz de Dios: hay muchas otras voces. Por ejemplo, las voces de nuestros miedos, las voces de las experiencias pasadas, las voces de las esperanzas; y está también la voz del maligno que quiere engañarnos y confundirnos. Por tanto, es importante lograr reconocer la voz de Dios en medio de las otras voces. José demuestra que sabe cultivar el silencio necesario y, sobre todo, tomar las decisiones justas delante de la Palabra que el Señor le dirige interiormente. Nos hará bien hoy retomar los cuatro sueños narrados en el Evangelio y que le tienen a él como protagonista, para entender cómo situarnos ante la revelación de Dios. El Evangelio nos cuenta cuatro sueños de José.

1) Primer sueño de San José: la oración nos desvela cómo salir de los problemas

En el primer sueño (cf. Mt 1,18-25), el ángel ayuda a José a resolver el drama que le asalta cuando se entera del embarazo de María: «No temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (vv. 20-21). Y su respuesta fue inmediata: «Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado» (v. 24). Muchas veces la vida nos pone delante de situaciones que no comprendemos y parece que no tienen solución. Rezar, en esos momentos, significa dejar que el Señor nos indique cuál es la cosa justa para hacer. De hecho, muy a menudo es la oración la que hace nacer en nosotros la intuición de la salida, cómo resolver esa situación. Queridos hermanos y hermanas, el Señor nunca permite un problema sin darnos también la ayuda necesaria para afrontarlo. No nos tira ahí en el horno solos. No nos tira entre las bestias. No. El Señor cuando nos hace ver un problema o desvela un problema, nos da siempre la intuición, la ayuda, su presencia, para salir, para resolverlo.

2) Segundo sueño de San José: la oración nos da la valentía para afrontar las dificultades

Y el segundo sueño revelador de José llega cuando la vida del niño Jesús está en peligro. El mensaje está claro: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle» (Mt 2,13). José, sin dudarlo, obedece: «Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes» (vv. 14-15). En la vida todos nosotros experimentamos peligros que amenazan nuestra existencia o la de los que amamos. En estas situaciones, rezar quiere decir escuchar la voz que puede hacer nacer en nosotros la misma valentía de José, para afrontar las dificultades sin sucumbir.

3) Tercer sueño de San José: la oración nos ayuda a ver las señales

En Egipto, José espera la señal de Dios para poder volver a casa; y es precisamente este el contenido del tercer sueño. El ángel le revela que han muerto los que querían matar al niño y le ordena que salga con María y Jesús y regrese a la patria (cf. Mt 2,19-20). José «se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel» (v. 21). Pero precisamente durante el viaje de regreso, «al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí» (v. 22).

4) Cuarto sueño de San José: la oración ayuda a vencer los miedos

Y ahí está la cuarta revelación: «y avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea, y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret» (vv. 22-23). También el miedo forma parte de la vida y también este necesita de nuestra oración. Dios no nos promete que nunca tendremos miedo, sino que, con su ayuda, este no será el criterio de nuestras decisiones. José siente el miedo, pero Dios lo guía a través de él. El poder de la oración hace entrar la luz en las situaciones de oscuridad.

 

5) San José enseña a abrirse al diálogo con los hijos

Pienso en este momento en muchas personas que están aplastadas por el peso de la vida y ya no logran ni esperar ni rezar. Que san José pueda ayudarles a abrirse al diálogo con Dios, para reencontrar luz, fuerza y paz. Y pienso también en los padres ante los problemas de los hijos. Hijos con tantas enfermedades, los hijos enfermos, también con enfermedades permanentes: cuánto dolor ahí.

Padres que ven orientaciones sexuales diferentes en los hijos; cómo gestionar esto y acompañar a los hijos y no esconderse en una actitud condenatoria. Padres que ven a los hijos que se van, mueren, por una enfermedad y también —es más triste, lo leemos todos los días en los periódicos— jóvenes que hacen chiquilladas y terminan en accidente con el coche. Los padres que ven a los hijos que no van adelante en la escuela y no saben qué hacer… Muchos problemas de los padres. Pensemos como ayudarles. Y a estos padres les digo: no os asustéis. Sí, hay dolor. Mucho. Pero pensad como resolvió los problemas José y pedid a José que os ayude. Nunca condenar a un hijo.

A mí me da mucha ternura —me daba en Buenos Aires— cuando iba en el autobús y pasaba delante de la cárcel: estaba la fila de personas que tenían que entrar para visitar a los presos. Y había madres ahí que me daban mucha ternura: delante del problema de un hijo que se ha equivocado, está preso, no le dejaban solo, daban la cara y lo acompañaban. Esta valentía; valentía de papá y mamá que acompañan a los hijos siempre, siempre. Pidamos al Señor que dé a todos los padres y a todas las madres esta valentía que dio a José. Y después rezar para que el Señor nos ayude en estos momentos.

Pero la oración nunca es un gesto abstracto o intimista, como quieren hacer estos movimientos espiritualistas mas gnósticos que cristianos. No, no es eso. La oración siempre está indisolublemente unida a la caridad. Solo cuando unimos a la oración el amor, el amor por los hijos por el caso que he dicho ahora o el amor por el prójimo, logramos comprender los mensajes del Señor. José rezaba, trabajaba y amaba —tres cosas bonitas para los padres: rezar, trabajar y amar— y por esto recibió siempre lo necesario para afrontar las pruebas de la vida. Encomendémonos a él y a su intercesión.

 

Oración a San José

San José, tú eres el hombre que sueña,
enséñanos a recuperar la vida espiritual
como el lugar interior en el que Dios se manifiesta y nos salva.
Quita de nosotros el pensamiento de que rezar es inútil;
ayuda a cada uno de nosotros a corresponder a lo que el Señor nos indica.
Que nuestros razonamientos estén irradiados por la luz del Espíritu,
nuestro corazón alentado por Su fuerza
y nuestros miedos salvados por Su misericordia. Amén.

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26/01/2022-03:34

Jorge Enrique Mújica

El modo como san José enseña a los papás cómo tratar a sus hijos homosexuales, según el Papa

(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 26.01.2022).- En la catequesis durante la audiencia de este miércoles 26 de enero, el Papa se detuvo también en un punto que pronto ha saltado a los titulares de la prensa: los papás con hijos homosexuales.

El Papa hizo esta referencia en un contexto preciso: la catequesis estaba dedicada a los sueños de san José pero en un momento, hacia el final de la misma, habiendo pasado el “cuarto sueño”, dijo: “pienso también en los padres ante los problemas de los hijos. Hijos con tantas enfermedades, los hijos enfermos, también con enfermedades permanentes: cuánto dolor ahí”. Y añadió: “Padres que ven orientaciones sexuales diferentes en los hijos; cómo gestionar esto y acompañar a los hijos y no esconderse en una actitud condenatoria”. Para luego rematar con esto:

“Padres que ven a los hijos que se van, mueren, por una enfermedad y también —es más triste, lo leemos todos los días en los periódicos— jóvenes que hacen chiquilladas y terminan en accidente con el coche. Los padres que ven a los hijos que no van adelante en la escuela y no saben qué hacer… Muchos problemas de los padres. Pensemos como ayudarles. Y a estos padres les digo: no os asustéis. Sí, hay dolor”.

Es decir, el papa tocó el tema entre muchos otros en el contexto de las diferentes problemáticas a las que se enfrentan los papás hoy en día. O, en otras palabras, la homosexualidad de un hijo como problema a gestionar. Pero también dio una “solución” inspirada en san José pues también mencionó:

“Pero pensad como resolvió los problemas José y pedid a José que os ayude. Nunca condenar a un hijo. A mí me da mucha ternura —me daba en Buenos Aires— cuando iba en el autobús y pasaba delante de la cárcel: estaba la fila de personas que tenían que entrar para visitar a los presos. Y había madres ahí que me daban mucha ternura: delante del problema de un hijo que se ha equivocado, está preso, no le dejaban solo, daban la cara y lo acompañaban. Esta valentía; valentía de papá y mamá que acompañan a los hijos siempre, siempre. Pidamos al Señor que dé a todos los padres y a todas las madres esta valentía que dio a José. Y después rezar para que el Señor nos ayude en estos momentos”.

Y agregó finalmente:

“Pero la oración nunca es un gesto abstracto o intimista, como quieren hacer estos movimientos espiritualistas mas gnósticos que cristianos. No, no es eso. La oración siempre está indisolublemente unida a la caridad. Solo cuando unimos a la oración el amor, el amor por los hijos por el caso que he dicho ahora o el amor por el prójimo, logramos comprender los mensajes del Señor. José rezaba, trabajaba y amaba —tres cosas bonitas para los padres: rezar, trabajar y amar— y por esto recibió siempre lo necesario para afrontar las pruebas de la vida. Encomendémonos a él y a su intercesión”.

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26/01/2022-01:10

Jorge Enrique Mújica

Sobre el estado de salud del Santo Padre: el mismo Papa da detalles que no se conocían

(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 26.01.2022).- “Me permito explicarles que hoy no podré ir entre ustedes para saludarles porque tengo un problema en la pierna derecha. Se inflamó un ligamento en la rodilla”. Este fue el breve reporte de salud que compartió el Papa al final de la catequesis del miércoles en el Aula Pablo VI. Según él mismo, “es algo pasajero. Dicen que sólo sucede a los viejos y [con tono de ironía] no sé por qué me sucede a mí”.

La salud del Papa es una cuestión que no había aparecido en el horizonte hasta que, en 2021, concretamente a inicios del mes de julio, fue sorpresivamente intervenido con una operación que le mantuvo fuera de trabajo durante una semana. Pero el año no lo terminó mejor: contra la tradicional costumbre de terminar el año visitando el pesebre de la Plaza de San Pedro, este 2021 el Papa no lo hizo porque no se sentía muy bien.

Volvió a hablar de su salud en la audiencia a una delegación de Tierra Santa recibida el 17 de enero: “Perdonadme si me quedo sentado, pero me duele la pierna hoy… Me duele, me duele si estoy de pie. Así es mejor para mí”. Esta fue la primera referencia pública a algo que ya era notorio para algunos. El Papa Francisco tiene actualmente 85 años. Es la misma edad en que falleció san Juan Pablo II.

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26/01/2022-03:13

Redacción Zenit

La respuesta de la Santa Sede a los ataques contra Benedicto XVI

(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 26.01.2022).- Casi una semana después de que la prensa imprimiera en la opinión pública un prejuicio de culpabilidad contra el Papa emérito, a raíz de un informe sobre abusos en la diócesis de Munich, llega una editorial publicada este miércoles 26 de enero en diferentes idiomas en los medios oficiales de la Santa Sede. Considerando que el autor es el director editorial de todos esos medios, bien se puede considerar, tras la declaración del director de la Sala de Prensa de la Santa Sede. A continuación el texto íntegro en lengua española.

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El informe de Múnich y la lucha de Ratzinger contra los abusos

Andrea Tornielli

Las palabras utilizadas durante la conferencia de prensa para presentar el informe sobre los abusos en la diócesis de Múnich, así como las setenta y dos páginas del documento dedicado al breve episcopado bávaro del Cardenal Joseph Ratzinger, han llenado las páginas de los periódicos en la última semana y han provocado algunos comentarios muy fuertes. El Papa emérito, con la ayuda de sus colaboradores, no eludió las preguntas del estudio de abogados encargado por la diócesis de Múnich de elaborar un informe que examina un período muy largo, desde el episcopado del Cardenal Michael von Faulhaber hasta el del actual Cardenal Reinhard Marx. Benedicto XVI respondió con 82 páginas, tras haber podido examinar parte de la documentación en los archivos diocesanos. Como era previsible, han sido los cuatro años y medio de Ratzinger al frente de la diócesis bávara los que acapararon la atención de los comentarios.

Algunas de las acusaciones ya se conocían desde hace más de diez años y ya habían sido publicadas por importantes medios de comunicación internacionales. Son cuatro los casos imputados actualmente contra Ratzinger, y su secretario particular, Monseñor Georg Gänswein, ha anunciado que el Papa emérito emitirá una declaración detallada cuando haya terminado de examinar el informe. Mientras tanto, se puede replicar con fuerza la condena de estos crímenes, siempre reiterada por Benedicto XVI, y se puede volver a lo que se ha hecho en los últimos años en la Iglesia desde su pontificado.

El abuso de menores es un crimen terrible. El abuso de menores por parte de los clérigos es posiblemente un delito aún más repugnante, y así lo han repetido los dos últimos Papas sin cansarse: clama en venganza ante Dios que los pequeños sufran violencia a manos de los sacerdotes o religiosos a los que sus padres les confían la educación en la fe. Es inaceptable que sean víctimas de depredadores sexuales que se esconden tras el hábito eclesiástico. Las palabras más elocuentes sobre este tema siguen siendo las de Jesús: quién escandalice a los pequeños, más vale que se ate una piedra de molino al cuello y se arroje al mar.

No hay que olvidar que Ratzinger, como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe ya había combatido el fenómeno en la última fase del pontificado de San Juan Pablo II, con el que había sido un estrecho colaborador, una vez convertido en Papa, promulgó normas durísimas contra los clérigos abusadores, verdaderas leyes especiales para combatir la pederastia. Además, Benedicto XVI dio testimonio, con su ejemplo concreto, de la urgencia del cambio de mentalidad tan importante para combatir el fenómeno de los abusos: escuchar y estar cerca de las víctimas a las que siempre hay que pedir perdón. Durante demasiado tiempo, los niños maltratados y sus familiares han sido mantenidos a distancia, en lugar de ser considerados como personas heridas a las que hay que acoger y acompañar por caminos de curación. Desgraciadamente, a menudo han sido distanciados e incluso señalados como «enemigos» de la Iglesia y de su buen nombre.

Fue el propio Joseph Ratzinger el primer Papa que se reunió con las víctimas de abusos varias veces durante sus Viajes Apostólicos. Fue Benedicto XVI, incluso en contra de la opinión de muchos autodenominados «Ratzingeristas», quien, en medio de la tormenta de escándalos en Irlanda y Alemania, propuso el rostro de una Iglesia penitente, que se humilla pidiendo perdón, que siente consternación, remordimiento, dolor, compasión y cercanía.

Es precisamente en esta imagen penitencial donde reside el corazón del mensaje de Benedicto. La Iglesia no es un negocio, no se salva sólo por las buenas prácticas o por la aplicación, aunque indispensable, de normas estrictas y eficaces. La Iglesia necesita pedir perdón, ayuda y salvación a quién puede darlo, al Crucificado que siempre ha estado del lado de las víctimas y nunca de los verdugos.

Con extrema lucidez, en el vuelo a Lisboa en mayo de 2010, Benedicto XVI reconoció que «los sufrimientos de la Iglesia provienen precisamente del interior de la Iglesia, del pecado que existe en la Iglesia». Esto también se ha sabido siempre, pero hoy lo vemos de una manera verdaderamente aterradora: que la mayor persecución de la Iglesia no viene de los enemigos de fuera, sino que nace del pecado dentro de la Iglesia y que, por tanto, la Iglesia tiene una profunda necesidad de re-aprender la penitencia, de aceptar la purificación, de aprender el perdón, por una parte, pero también la necesidad de la justicia. El perdón no sustituye a la justicia». Palabras precedidas y seguidas de hechos concretos en la lucha contra la lacra de la pederastia clerical. Todo esto no puede olvidarse ni borrarse.

Las reconstrucciones contenidas en el informe de Múnich, que -hay que recordar- no es una investigación judicial ni una sentencia definitiva, ayudarán a combatir la pederastia en la Iglesia si no se reducen a la búsqueda de chivos expiatorios fáciles y a juicios sumarios. Sólo evitando estos riesgos podrán contribuir a la búsqueda de la justicia en la verdad y a un examen de conciencia colectivo sobre los errores del pasado.

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26/01/2022-03:23

Redacción Zenit

Biden nombra juez federal a una mujer musulmana

(ZENIT Noticias / Washington, 26.01.2022).- Nusrat Choudhury es una de los ocho nuevos jueces federales que nominó el presidente Biden este miércoles 26 de enero. La particularidad de este nombramiento es que se trata de la primera mujer abiertamente musulmana que ocupa un puesto de esta envergadura.

Concretamente, la sra. Choudhury es la nueva juez federal para el distrito del este de Nueva York. «El nombramiento de Nusrat Choudhury para la judicatura federal es histórico, ya que es la primera estadounidense de Bangladesh y la primera mujer musulmana que ocupa un puesto en la judicatura federal, y la segunda estadounidense musulmana», declaró la directora ejecutiva de la Alianza Civil para las Libertades de Illinois, Colleen Connell, en un comunicado.

Según declaraciones surgidas desde la Casa Blanca, estos nombramientos reflejan el compromiso de Biden para diversificar puestos que, según la declaración, han ocupado y dominado hombres blancos.

Hasta el momento, Biden ha logrado colocar 40 nuevos jueces con aprobación del senado, quien necesariamente debe validarlos. Uno de esos nombramiento fue el de un hombre que dice que es mujer, Beth Robinsom, de Vermont, y otro musulmán, el señor Zahid Quraishi, de Nueva Jersey.

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