Descripción corta: León XIV reconoce las intenciones de Francisco sin cuestionar su validez. Pero sugiere que el Año Santo proporcionó algo que la reforma anterior no pudo prever: una demostración viva de la coherencia pastoral del centro
(ZENIT Noticias / Roma, 28.11.2025).- El Papa León XIV ha restaurado el distrito central pastoral de la Diócesis de Roma, revirtiendo así la reestructuración territorial introducida apenas un año antes por el Papa Francisco. La decisión, emitida en la carta apostólica Immota manet y publicada como Motu Proprio el 26 de noviembre, reagrupa las cinco Prefecturas históricas en un único Sector Central, una disposición familiar para generaciones del clero romano y considerada durante mucho tiempo el marco natural para servir al núcleo antiguo de la ciudad.
Si bien el nuevo Papa deja claro que no cuestiona las motivaciones detrás de la reforma de Francisco de 2024, sitúa la experiencia del recién concluido Año Jubilar en el centro de su razonamiento. La extraordinaria afluencia de peregrinos y las demandas pastorales que generó, escribe, revelaron «no solo la identidad particular, sino también la unidad interna» del centro histórico, cualidades que se habían vuelto imposibles de ignorar. Ante tal evidencia, Immota Manet concluye que las cinco Prefecturas —numeradas del I al V— deberían volver a operar juntas como un solo cuerpo pastoral, junto a los otros cuatro sectores que cubren la vasta periferia de Roma.
La decisión marca un cambio discreto pero significativo. Cuando Francisco promulgó La vera bellezza en octubre de 2024, buscó acercar al clero y las instituciones del centro de la ciudad a una mayor solidaridad con las afueras, donde vive la mayoría de los romanos, pero donde las parroquias y los sacerdotes son comparativamente escasos. Su reforma disolvió el Sector Central y redistribuyó su territorio entre los distritos periféricos, con la esperanza de contrarrestar lo que consideraba un riesgo: que el centro se convirtiera en un «museo viviente», admirado por millones, pero insuficientemente integrado en la vida pastoral cotidiana de la metrópoli.
Sin embargo, la reforma nunca convenció a muchos sacerdotes de la ciudad, quienes tuvieron dificultades para implementarla en la práctica. La densa red de iglesias, monasterios e instituciones eclesiásticas dentro de las antiguas murallas, con sus ritmos, exigencias y responsabilidades históricas únicas, resultó difícil de integrar en las estructuras de los sectores exteriores. El Año Jubilar, con sus intensas presiones litúrgicas y logísticas, no hizo más que agudizar ese desajuste.
León XIV reconoce las intenciones de Francisco sin cuestionar su validez. Pero sugiere que el Año Santo proporcionó algo que la reforma anterior no pudo prever: una demostración viva de la coherencia pastoral del centro. Ignorar tal evidencia, insinúa, correría el riesgo de debilitar, en lugar de fortalecer, la misión diocesana.
El título del Motu Proprio, Immota manet —«Permanece impasible»—, conlleva su propio simbolismo discreto. Emitido el 11 de noviembre de 2025 y con efecto inmediato tras su publicación en L’Osservatore Romano, el decreto enfatiza la estabilidad sin nostalgia: una restauración de la estructura que no pretende deshacer la visión de un predecesor, sino asegurar que la vida pastoral de Roma se alinee con las realidades perdurables de la ciudad. La decisión también subraya la flexibilidad inherente al gobierno papal; un Motu Proprio, emitido exclusivamente por iniciativa personal del Papa, ofrece un instrumento preciso para tales ajustes.
Tanto para el clero como para los fieles, la restauración significa que el corazón histórico de Roma vuelve a erigirse como una región pastoral diferenciada, que acoge la incomparable concentración de espacios sagrados de la ciudad, acoge a sus peregrinos y carga con el peso de siglos de memoria cristiana. Que esta reconfiguración sea duradera, immota en el sentido más amplio, dependerá de cómo la diócesis siga conciliando las exigencias espirituales de su antiguo centro con las necesidades pastorales de su periferia en expansión.
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