CIUDAD DEL VATICANO, jueves 12 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- El encuentro de este jueves de Benedicto XVI con una delegación del Gran Rabinato de Israel constituye el final de la crisis surgida tras las declaraciones con las que negó el Holocausto el obispo Richard Williamson, cuya excomunión ha sido revocada por el Papa junto a otros tres obispos.
"Damos las gracias a la Santa Sede por permitir esta reanudación [de las relaciones ndt.] con pronunciamientos claros e inequívocos en los que deplora la negación del Holocausto", afirmó en una rueda de prensa Shear-Yashuv Cohen, gran rabino de Haifa, tras haber sido recibido por el Papa.
Según el rabino, el primer representante judío de la historia que participó en el Sínodo de los Obispos en el Vaticano, en el mes de octubre pasado, la audiencia "ha sido una experiencia muy particular, que constituye el final de una crisis".
Y confesó a los periodistas: "No podíamos esperar más" de Benedicto XVI.
Por su parte, el rabino David Rosen, presidente del Comité Judío Internacional para las Consultas Interreligiosas, aseguró: 'Tenemos motivos para estar muy satisfechos", considerando que la cuestión "ha quedado resuelta".
El encuentro del Papa con los representantes del Gran Rabinado había sido programado para finales de enero, pero fue cancelado a causa de la polémica provocada por monseñor Williamson.
Benedicto XVI, en el discurso que dirigió a los representantes judíos, aseguró que en su viaje a Israel y los territorios palestinos, del 11 al 15 de mayo, rezará "especialmente por el don precioso de la unidad y la paz, tanto en la región como en toda la familia humana".
El rabino confirmó que durante el encuentro con el Papa se habló de la importancia de la educación de los niños en las escuelas para combatir toda forma de negación del Holocausto y recordar la Shoá, educando a las nuevas generaciones para que no vuelva a repetirse una tragedia así.