CIUDAD DEL VATICANO, viernes 13 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- La vista de Benedicto XVI a la sinagoga de Roma será «un gesto importante que confirma la voluntad de continuar una actitud de respeto y amistad», considera el rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni.
La noticia fue confirmada en la noche de este jueves por el padre Federico Lombardi S.I., director e la Oficina de Información de la Santa Sede, aclarando que está prevista para el otoño, aunque todavía no se sabe la fecha exacta.
La visita de Benedicto XVI a la sinagoga de Roma será la segunda de un pontífice en la historia de las relaciones entre el judaísmo y el catolicismo, después de la que realizó Juan Pablo II, el 13 de abril de 1986.
Será la tercera visita de Benedicto XVI a una sinagoga. La primera fue a la sinagoga alemana de Colonia, el 18 de agosto de 2005, pocos meses después de su elección, y la siguiente tuvo lugar el 18 de abril de 2008 a la sinagoga de Nueva York.
En declaraciones a Radio Vaticano, el rabino jefe de Roma constata que la visita del Papa Karol Wojtyla al lugar de culto de su comunidad «abrió una nueva era», en las relaciones entre Roma y el judaísmo.
Riccardo Di Segni ve también muy positivamente la visita del Papa a Tierra Santa, un gesto de «atención, respeto y de voluntad de participar en un proyecto de paz que debe ser compartido».
El rabino ha expresado su aprecio por la carta que el pontífice ha enviado a los obispos del mundo este jueves sobre la revocación de la excomunión de los cuatro obispos ilícitamente consagrados por monseñor Marcel Lefebvre, definiendo el texto como «muy importante».
«Nos sorprende positivamente el que subraye que han sido precisamente los amigos judíos quienes han comprendido las palabras del Papa. Por tanto, hay que interpretarla como un gesto de atención por nosotros».
De todos modos, el rabino reconoce que en las relaciones entre judíos y cristianos hay «muchos problemas»: «problemas teológicos, históricos delicados que nos separan. Algunos nos separan de manera insuperable, pues claramente las diferencias ideológicas no pueden ser superadas. Otros nos separan desde el punto de vista histórico-emocional».
«Pero también tenemos compromisos de testimonio común, posibilidades de actuar en la sociedad con los valores que compartimos. Si se quitan los elementos de conflicto, todo lo que sigue puede ser un gran fruto y un gran bien para todos».
En estos días, concluye el rabino, «muchas de las nubes que se habían condensado se han desvanecido. Prevalece un clima de buena voluntad que es muy importante».