CIUDAD DEL VATICANO, sábado, 14 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI pidió este sábado promover las vocaciones al sacerdocio al recibir al primer grupo de obispos argentinos en su quinquenal visita «ad limina apostolorum» al Papa y a sus colaboradores de la Curia Romana.
«El papel fundamental que desempeñan los presbíteros os ha de llevar a realizar un gran esfuerzo para promover las vocaciones sacerdotales», aconsejó el Papa a los prelados.
«A este respecto –añadió–, sería oportuno proyectar una pastoral matrimonial y familiar más incisiva, que tenga en cuenta la dimensión vocacional del cristiano, así como una pastoral juvenil más audaz, que ayude a los jóvenes a responder con generosidad al llamado que Dios les hace».
Escuchaban las palabras del Santo Padre, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico Vaticano, los 31 obispos argentinos que, encabezados por el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Mario Bergoglio, se habían reunido en la mañana o en días anteriores encuentros personales con el mismo pontífice.
El obispo de Roma, que en su discurso hizo un repaso de los desafíos que afrontan los diferentes estados de vida que componen la Iglesia (obispos, sacerdotes, religiosos, y laicos), lanzó también un llamamiento a los obispos para lleven a cabo, además, «una eficaz y exigente labor de discernimiento de los candidatos a las sagradas órdenes».
Al mismo tiempo, dijo, «es necesario intensificar la formación de los seminaristas en todas sus dimensiones: humana, espiritual, intelectual, afectiva y pastoral».
A los obispos argentinos, el Papa le recomendó intensificar la unidad mutua, que será «fuente de consuelo en el grave cometido que se os ha confiado».
«Gracias a esta colegialidad afectiva y efectiva, ningún Obispo está solo, porque está siempre y estrechamente unido a Cristo, Buen Pastor, y también, en virtud de su Ordenación episcopal y de la comunión jerárquica, a sus hermanos en el episcopado y a quien el Señor ha elegido como Sucesor de Pedro».
Por lo que se refiere a los sacerdotes, el Santo Padre pidió a los obispos que se preocupen de ellos «con amor de padre y hermano».
Asimismo, les exhortó «a extremar la caridad y la prudencia cuando tengáis que corregir enseñanzas, actitudes o comportamientos que desdicen de la condición sacerdotal de vuestros más estrechos colaboradores y que pueden, además, dañar y confundir la fe y la vida cristiana de los fieles».
Su repaso por los estados de vida llevó al Papa a constatar que «es de suma importancia reconocer, valorar y estimular la participación de los religiosos en la actividad evangelizadora diocesana, a la que enriquecen con la aportación de sus respectivos carismas».
Por último, hizo referencia a los fieles quienes, como dijo, «en virtud de su bautismo, están llamados a cooperar en la edificación del Cuerpo de Cristo. Para ello hay que llevarlos a tener una experiencia más viva de Jesucristo y del misterio de su amor».
Argentina, cuenta con algo más de 40 millones de habitantes, de los cuales, según algunas fuentes, el 92% son católicos (aunque la práctica religiosa es inferior al 20%), el 2% son protestantes, el 2% judíos y el 4% pertenecen a otras de las muchas denominaciones reconocidas.