CIUDAD DEL VATICANO, martes, 31 de marzo de 2009 (ZENIT.org) .- Benedicto XVI ha lanzado un llamamiento urgente para la liberación de los tres voluntarios de la Cruz Roja Internacional secuestrados en enero en Filipinas, que, según un ultimátum, podrían ser decapitados si el ejército de Manila no se retira de la isla de Jolo antes de las 14 horas (las 8 en España) de hoy.
“El Santo Padre -se lee en una nota emitida este lunes por el Vaticano–, haciendo propias las preocupaciones de las familias y de cuantos desean de corazón la salvación de los tres trabajadores humanitarios de la Cruz Roja secuestrados en la isla de Jolo (Filipinas), quiere elevar su voz y hacer un llamamiento humanitario para que el sentido común y la razón se antepongan a la violencia y la intimidación”.
“El Santo Padre -continúa la nota-, en nombre de Dios, pide su liberación e insta a las autoridades a promover una solución pacífica en este trágico asunto”.
El italiano Eugenio Vagni, el suizo Andreas Notter y la filipina Mary Jean Lacaba fueron secuestrados el 15 de enero por Abu Sayyaf, un grupo separatista islámico cercano a Al-Qaida, que insiste en la retirada de todas las tropas de 15 ciudades de Jolo.
A estas peticiones, el ministro del Interior de Filipinas, Ronaldo Puno, ha respondido indicando que las condiciones impuestas son “inaceptables” y que las autoridades “van a reaccionar con la fuerza” si alguno de los rehenes sufre daño alguno.
En 2001, Abu Sayyaf decapitó a un rehén americano llamado Guillermo Sobero.
