MONTEVIDEO, lunes 27 agosto 2012 (ZENIT.org).- El obispo de Minas en Uruguay, monseñor Jaime Fuentes, ha advertido que días atrás se le impidió celebrar misa en un encuentro de familias organizado en un centro vacacional estatal.
Con todo dispuesto para dar una conferencia a 150 familias, y acto seguido celebrar la misa con ellos, el obispo recibió la noticia de que los encargados del Centro de vacaciones de la Administración Nacional de Usinas y Trasmisiones Eléctricas (UTE), no podían aceptar que se celebrase una misa dentro de las instalaciones, argumentando que eran «órdenes de arriba».
Referido a los hechos, el prelado se pregunta si un organismo estatal puede discriminar a un grupo de personas, tratándola con inferioridad por sus motivos religiosos, como ha sido en este caso. Y cuestiona el hecho de que se le impida a los asistentes a un establecimiento –por el cual han pagado un alquiler–, ofrecer sesiones de lectura del Corán o hacer meditación trascendental o celebrar Misa; «¿Qué más da?», insistió.
Al final, el evento se realizó en un hotel de Piriápolis, donde los organizadores trasladaron a los 150 matrimonios, y en el cual pudo desarrollarse todo el programa previsto.