“Tres días intensos para escuchar con atención un continente plural, rico de esperanza y también de contradicciones. Un continente complejo, habitado por muchos pueblos y culturas”. Han sido las palabras del cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y Gran Canciller de la Universidad Pontificia Urbaniana, en la conclusión del Congreso internacional ‘En escucha de América: encuentros entre pueblos, culturas, religiones; caminos para el futuro’, celebrado en la Urbaniana del 7 al 9 de abril.
El purpurado ha destacado que “en el Norte, el Centro y el Sur de América encontramos un cristianismo de rostro alegre y popular pero también partícipe, dinámico, implicado por las situaciones de injusticia, de opresión del hombre, de amenaza de la vida humana desde su concepción y de destrucción del ambiente”. Asimismo ha señalado que América sin embargo no es un continente “solo cristiano”, en cuanto “están presentes las grandes religiones venidas con los inmigrantes, inmigrantes de fe judía o islámica, y también discípulos de las tradiciones espirituales y religiones asiáticas; junto a ellos están personas no creyentes y lejanas de la experiencia religiosa”.
El cardenal Filoni ha observado además que durante el Congreso “nos hemos dejado provocar por la realidad para releerla después a la luz de la fe y de la Tradición cristiana y buscar juntos caminos para el hacer futuro”. Tras indicar que “la Evangelización es una misión que se refiere a todos y la situación de secularización general abre nuevas fronteras”, el prefecto ha recordado el mandato de Aparecida para “una misión continental que podría sin embargo cruzar también las fronteras del mismo continente americano, y que al mismo tiempo, podría percibir el continente americano de forma nueva”.
Por otro lado, el purpurado ha indicado que “hoy la misión y la inculturación se comparan con sociedades similares a un caleidoscopio siempre en movimiento”, es decir, “deben estar preparados para una compresión de sí y del propio contexto extremamente plural, dinámico y cambiante. En todo ello es necesario tener clara una jerarquía de la verdad e intentar diseñar una identidad cristiana no fragmentada y confusa”.
Al concluir, el purpurado ha invitado a reflexionar sobre qué quiere decir para América la elección como sucesor de Pedro, de un hijo, el primero, de América; qué quiere decir para la Iglesia en América, para la evangelización de este continente y a partir de este continente, el nombramiento de Francisco.