El Santo Padre lavará este jueves los pies a 12 pacientes del Centro S. María de la Providencia en Roma para la celebración de la Misa "in Coena Domini". Este centro depende de la Fundación Don Gnocchi. ZENIT ha entrevistado a monseñor Angelo Bazzari, presidente de la Fundación para saber más sobre la labor que desempeñan con personas con discapacidad desde hace 60 años y sobre cómo esperan el encuentro de mañana.
¿Qué sienten ante la visita del Santo Padre de este jueves?
--Monseñor Bazzari: La visita del Papa nos enorgullece y nos lleva el pensamiento y el corazón a lo alto y también la atención a una iglesia que lleva el delantal y lava los pies a los que evangélicamente están primero. Para nosotros esto es un regalo que el Papa nos da sobre el rostro de nuestra actividad, abrazando estos 60 años de historia a partir de nuestro fundador Don Carlo Gnocchi, hasta la actividad cotidiana, la más prosaica, y la labor del vivir cotidiano. Necesitamos estas pasiones y estos impulsos, ganamos con estas atenciones un tanque motivacional, un yacimiento fuerte vocacional junto a una fuerte profesionalidad.
¿Por qué el Papa les ha elegido?
--Monseñor Bazzari: Creo que en la base de esta elección es que a veces está unida a una sala de control, hay también algunas atenciones que son reservadas a esas grandes estructuras de matriz cristiana con derivación en la caridad que viven sobre todo en nuestro país en los momentos de crisis, para que las dificultades en la sanidad y en el sector socio-existencial, socio-educativo... También esto es un estímulo para decir: invertid en desarrollo, echad un mano en la esperanza, en el momento de estrés en el cierre de malla de esta crisis, probablemente el riesgo de pagar más son estos que tienen menos voz ni altavoces.
¿Qué puede contarnos sobre la Fundación?
--Monseñor Bazzari: La Fundación Don Gnocchi que ya tiene mas de 60 años de vida, está presente hoy con 3.600 camas de rehabilitación; cardiología, neumología, neuro-rehabilitación, etc. Y de éstos, 1200 son puestos residenciales para ancianos no autosuficientes, afectados por el alzhéimer, esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica y aquellos que han pasado a estado vegetativo o terminal.
La fundación ha plantado su puesto de solidaridad en continuidad con la propia historia, en la frontera de la vida más débil, más vulnerable.
¿Cuántos son los centros, los operadores y las personas con quienes trabajan?
Contamos con más de 5 mil operadores, de los cuales 3.800 son trabajadores, en nueve regiones de Italia con 39 centros, y unidos con 28 universidades italianas donde hacemos mucha investigación científica, donde se combina la investigación base con la asistencia y estamos fuertemente comprometidos en la formación de las profesiones sanitarias y de prácticas con 350 jóvenes que durante tres años asisten a nuestros centros.
Hoy estamos presentes también en África, en Sierra Leona y Ruanda, ejercitando la labor de Don Gnocchi para esos niños que nacen con malformación o que son devastados por la droga, o niños soldados. También en Ecuador y en Bosnia-Herzegovina estamos presentes con un centro de apoyo a la discapacidad de niños y chavales.