El papa Francisco recibió este viernes en el Vaticano al presidente electo de El Salvador, Sánchez Cerén, en una audiencia que duró 26 minutos y se realizó en el Palacio Apostólico.
Sánchez Cerén le agradeció al Santo Padre su interés por la beatificación del arzobispo de su país, Oscar Arnulfo Romero, asesinado el 24 de marzo de 1980 por paramilitares de derecha cuando oficiaba misa en un hospital de San Salvador. El proceso de canonización inició en 1994.
Al concluir el encuentro, en una rueda de prensa el presidente electo indicó: «Estoy muy contento de haber encontrado un Papa tan querido por el pueblo salvadoreño». Añadió su satisfacción por la futura beatificación «que se realizará en el momento adecuado».
Añadió que ha invitado al Papa a visitar su país y Centroamérica y le pidió la bendición por su mandato que inicia el primero de junio. En el intercambio de regalos Sánchez Cerén le dio un cuadro con la figura de monseñor Romero, realizado por el pintor Josué Villalta, y una estola confeccionada por artesanos de la norteña localidad de La Palma. El Santo Padre le regaló un medallón y el documento de Aparecida.
Sánchez Cerén que participó en la lucha armada de la guerrilla indicó que «ahora los tiempos han cambiado y la lucha se hace por cauces democráticos». La guerra civil duró desde 1980 a 1992, con un saldo de unos 75 mil muertos, 8 mil desaparecidos, miles de heridos y desplazados.
Sánchez Cerén, de 69 años, a pesar de su pasado se ha declarado católico, y su situación de ex guerrillero en el poder es el cuarto que se registra en Latinoamérica, después del nicaragüense Daniel Ortega, la brasileña Dilma Rousseff, y el uruguayo José Mujica.