En el marco de la preparación de la canonización de Juan XXIII; en el media center del Vaticano, el párroco de la iglesia romana de La Transfiguración, Batista Pansa, nacido en la misma ciudad de Juan XXIII y sacerdote que realiza un trabajo con comunidades de diversas Iglesias cristianas orientales en Roma, recordó este miércoles algunos particulares de Juan XXIII.
Entrevistado por ZENIT indicó la importancia de la encíclica Pacem in Terris que junto a las relaciones de confianza que habían creado con los países del Este, alejó el peligro de una hecatombe nuclear, en particular durante la crisis de los misiles en Cuba.
¿Cuál es su relación con Juan XXIII?
— Padre Battista Pansa: Como primera cosa soy de Bérgamo, la tierra en donde nació el ‘papa bueno’. Tuve relaciones personales con la familia Roncalli. Si bien cuando el papa Roncalli fue elegido yo era un niño de 9 años, me acuerdo que cuando él era patriarca de Venecia vino a Bérgamo y lo vi así de lejos. Tuve siempre relación con su familia, en modo particular con su hermano Saverio y cuando fui ordenado sacerdote, el miércoles santo de 1974, el día después de mi primera misa la celebré en la casa natal de Juan XXIII en la localidad de ‘Sotto il Monte’ en donde me esperaban su hermano Saverio y su hermana Asunta.
¿Cuál ha sido el punto más importante de su exposición en el media center de la Santa Sede?
— Padre Battista Pansa: El punto más importante de mi exposición hoy aquí fue subrayar la encíclica Pacem in terris. Que ayudó a la distensión entre Este y Oeste que no habría dejado ni vencedores ni vencidos porque habría sido la destrucción de todo. La Pacem in Terris fue definida por una persona de gran profundidad como Benedicto XVI, como ‘La Rerum Novarum’ para el próximo siglo. No olvidemos que la encíclica de León XIII marcó la doctrina social de la Iglesia por cien años.
¿Realmente logró alejar el peligro de una tercera guerra mundial?
— Padre Battista Pansa: Atención que la Pacem in Terris no nace así por casualidad. En este tiempo Juan XXIII había realizado una serie de relaciones y contactos. No nos olvidemos que él había estado como visitador apostólico en Bulgaría en 1925 y ocho años después fue delegado apostólico en Turquía y Grecia. Por lo tanto tenía un tejido de relaciones con el mundo de Oriente, y entraba en amistad y a través de la amistad lograba tener relaciones de confianza. Por eso él fue el hombre del diálogo con Oriente y dejó siempre una puerta abierta de diálogo incluso con la Unión Soviética también durante el tiempo de Stalin. Él nunca dijo, a diferencia de otros, que había que cerrar con Moscú, porque buscaba la paz.
¿Y en la crisis de los misiles con Cuba?
— Padre Battista Pansa: El llamado a la paz que lanzó desde Radio Vaticano hizo detener a los misiles que transportaban las naves soviéticas dirigidas hacia Cuba, cuando estaba preparado el bloqueo naval estadounidense para interceptarlas. Juan XXIII estaba en relación, gracias también a su consejero y rector en el Laterano, el cardenal Pietro Paván, quien se ocupó de la redacción de la Pacem in Terris, Mons. Paván hizo de punto de apoyo en Estados Unidos, junto a un dominicano que allí en Masachusset, asistía a las reuniones en la que participaban los soviéticos y mantenía informado al Papa de lo que pensaban en el otro lado de la cortina de hierro. Atención, el papa Juan XXIII es presentado como bueno, pero no era un bonachón, era un hombre que tenía una enorme red de relaciones internacionales.