El papa Francisco ha enviado un videomensaje con ocasión de la «Pascua de la Juventud» promovida en Argentina por la pastoral regional para los jóvenes y en la que han participado la archidiócesis de Buenos Aires junto con las diócesis de Avellaneda-Lanús, Quilmes, Lomas de Zamora, San Justo, Gregorio de Laferrere, Morón, Merlo-Moreno, San Miguel, San Martín y San Isidro. El videomensaje fue retransmirido en el “Planetario” de Buenos Aires, en la tarde del 26 de abril.
«Que hagan lío” , les pide nuevamente el Santo Padre a los jóvenes argentinos, tal y como hizo en la catedral de Río de Janeiro en la Jornada Mundial de la Juventud el pasado mes de julio. Asimismo les pide que «no le tengan miedo a nada” y «que sean libres”.
El papa Francisco les habla de la figura de algunos jóvenes del Evangelio, «algunos jóvenes que se encontraron con Jesús o de los cuales habló Jesús». Refiriéndose a este video el papa comenta que quizás pueda ayudar y «si les sirve, lo usan, si no les sirve, lo tiran».
Francisco menciona a los «jóvenes apóstoles», al «joven rico», al «joven que se fue a buscar nueva vida con la herencia de su padre» y al «joven muerto».
Recuerda el Santo Padre que los apóstoles «quedaron conmovidos por la figura de Jesús, entusiasmados, con ese estupor que produce cuando uno se encuentra con Jesús. Y van corriendo y le dicen a los amigos: ‘¡Encontramos al Mesías! ¡Encontramos a aquél del que hablan los profetas!'». Pero, ha añadido «después los apóstoles flaquearon, después no se portaron tan bien. Pedro lo negó, Judas lo traicionó, los demás se escaparon». Es decir, indica «después viene la lucha por ser fieles a ese encuentro, el encuentro con Jesús».
A continuación Francisco les habla del joven rico, «con una vida intachable, un muchacho bueno», que le preguntó a Jesús qué debía hacer para tener la vida eterna. Y como ya cumplía los mandamientos Jesús le dijo: “Mirá, te falta una cosa: da todo lo que tenés a los pobres y vení conmigo, a predicar el Evangelio”. Y ese chico se fue triste, explica el Papa porque «tenía mucha guita y no se animó a dejarla por Jesús. Y se fue con su plata y con su tristeza. Los primeros estaban con su alegría, con esa hermosa alegría que daba el encuentro con Jesús. Éste se fue con su tristeza».
En tercer lugar el Pontífice recuerda la historia del hijo pródigo. Repasando la historia de este joven, Francisco afirma que «Dios es muy bueno. Dios aprovecha nuestros fracasos para hablarnos al corazón. No le dijo Dios a este joven: “sos un fracasado, mirá lo que hiciste”. Lo hizo razonar». Y así, recuerda el Papa que»este gran pecador; este gran despilfarrador de lo que había ganado su padre se encontró con algo que nunca había hecho conciente: el abrazo de la misericordia».
Finalmente habla del joven muerto, a la salida de la ciudad de Naím, cuando lo iban a enterrar: hijo único de madre viuda. «Jesús se compadeció de la madre, no del pibe. Pero el pibe, gracias a la madre, tuvo el milagro y lo resucitó», explica el Santo Padre.
Tras hablar de estos ejemplo, Francisco pregunta a los jóvenes en su vídeo «¿Vos quién sos?, ¿El entusiasta, como los apóstoles primero, antes de iniciar el camino?, ¿El que quiere seguir a Jesús porque le gusta pero está atornillado con tantas cosas que lo atan y no lo puede seguir, como el joven rico a la mundanidad, a tantas cosas?, ¿Cómo aquél que se gastó toda la herencia de su padre, pero que se animó a volver y está sintiendo en este momento el abrazo de la misericordia?, ¿O estás muerto? Si estás muerto, sabé que la Madre Iglesia está llorando por vos, y Jesús es capaz de resucitarte. Decime, ¿quién sos vos? Decítelo a vos mismo y eso te va a dar fuerza».
A continuación dice el Papa: » Padre, usted es injusto –me van a decir las chicas– porque los ejemplos que da es para los varones, ¿y nosotras qué?». A lo que él mismo responde: «ustedes son aspirantes a consolidar con su vida la ternura y la fidelidad. Ustedes están sobre el camino de esas mujeres que seguían a Jesús, en las buenas y en las malas. La mujer tiene ese gran tesoro de poder dar vida, de poder dar ternura, de poder dar paz y alegría».
Por eso les recuerda que «hay un solo modelo para ustedes, María: La mujer de la fidelidad, la que no entendía lo que le pasaba pero obedeció. La que en cuanto supo lo que su prima necesitaba se fue corriendo, la Virgen de la Prontitud. La que se escapó como refugiada en un país extranjero para salvar la vida de su hijo. La que ayudó a crecer a su Hijo y lo acompañó, y cuando su Hijo empezó a predicar, iba detrás de Él. La que sufrió todo lo que le estaba pasando a ese chico, a ese muchacho grande. La que estaba al lado de ese Hijo y le decía los problemas que había: “Mirá: no tienen vino”. La que en el momento de la Cruz estaba junto a Él».
El Papa indica que «la mujer tiene una capacidad para dar vida y para dar ternura que no la tenemos los varones. Ustedes son mujeres de Iglesia». Y añade que no es ‘el’ Iglesia sino ‘la’ Iglesia, porque «la Iglesia es femenina, es como María».
«Ése es el lugar de ustedes» -continúa el papa argentino- «ser Iglesia, conformar Iglesia, estar junto a Jesús, dar ternura, acompañar, dejar crecer».
Para finalizar el Santo Padre les pide nuevamente a los jóvenes que no tengan miedo, que miren a Jesús y a María y «vayan adelante».