El nuevo arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro Sierra, recibió ayer la llamada del Papa para felicitarle por su nuevo servicio al frente de la mayor y más importante diócesis española. «Monseñor Osoro, soy el papa Francisco. Para desearle lo mejor en su arzobispado. En todo caso, más tarde intentaré llamarlo. Gracias», dice el Santo Padre en el mensaje.
En su primer encuentro con la prensa, una vez que tomó posesión de la sede episcopal este sábado, el arzobispo de Madrid permitió que los periodistas escuchen el buzón de voz de su teléfono móvil. El Pontífice argentino le llamó dos veces para hablar con él este domingo. Pero la primera no lo pudo hacer, porque el prelado tenía el dispositivo apagado.
«Ayer estaba rezando, y no me di cuenta. Después volvió a llamarme», explicó Mons. Osoro a los presentes. Lo primero que pensó es que alguien estaba tratando de gastarle una broma. «Después vi que no, y claro, me emocioné, porque uno no se espera que el Papa, con todas las ocupaciones que tiene, se ocupe del nuevo arzobispo de Madrid». Por este motivo, Mons. Osoro agradeció al Pontífice «su gesto de cercanía y de cariño». «¿Cómo uno no va a trabajar más cuando recibe esto, cuando nota que lo quieren?», añadió el vicepresidente del episcopado español.
Por otra parte, Mons. Osoro indicó que el primer mensaje que trasladaría a los políticos sería que «lo más importante es la persona» y que su tarea es servirla para que se pueda desarrollar en su plenitud. «Se trata de querer de verdad a esa persona que tienes delante sea quien sea y en todo lo que es, no en lo que a mi me apetece que sea», subrayó durante la rueda de prensa celebrada esta mañana. El arzobispo de Madrid se mostró dispuesto a hablar con todas las fuerzas políticas y señaló que donde le dejen «entrar» lo hará, y donde no le dejen, lo intentará «pero no a la fuerza».
Durante su intervención ante los medios, el prelado aseguró que tiene «el empeño» de luchar contra las nuevas formas de esclavitud, como son la prostitución o los niños que son usados para la mendicidad. Por ello, anunció que próximamente visitará a algunas de las personas que trabajan con prostitutas y acudirá también a la cárcel.
Además, afirmó que otro de sus «empeños» son los jóvenes, con los que ha estado muy en contacto en sus anteriores diócesis, y las familias.
