El papa Francisco ha pedido hoy una oración especial por los que sufren la enfermedad del ébola, “que se está difundiendo especialmente en el continente africano, sobre todo entre las poblaciones más desfavorecidas”.
Por eso, el Santo Padre ha afirmado que “estoy cerca con el afecto y la oración a las personas afectadas, como también a los médicos, las enfermeras, voluntarios, institutos religiosos y asociaciones, que hacen todo lo posible para socorrer a estos nuestros hermanos y hermanas enfermos”.
Asimismo, el Pontífice ha renovado su llamamiento para que la comunidad internacional haga lo posible para vencer este virus aliviando el malestar y el sufrimiento de los que están siendo duramente probados. Y así, ha invitado “a rezar por ellos y por los que han perdido la vida”.
Son muchos los testimonios de sacerdotes, religiosos y laicos misioneros que cada día, siguiendo el mandato «Id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo», desafían el ébola para estar al lado de los hermanos que sufren, poniendo en riesgo sus propias vidas.
Se trata de un escenario hostil que ha llevado al abandono y el rechazo de las poblaciones más afectadas por el virus. Por este motivo, las comunidades duramente castigadas por la enfermedad no dejan de agradecer la presencia de los misioneros que allí llegan y permanecen para brindar consuelo y esperanza.
En los países del ébola, los católicos son una minoría. Aun así, los religiosos que están sirviendo en estas tierras son unos 12 mil, de los cuales más de mil son sacerdotes; una cifra muy significativa.
El continente negro está marcado por la pobreza, las guerras civiles y la enfermedad, pero cuenta con la labor evangelizadora que realiza la Iglesia a través de sus numerosas escuelas, hospitales, centros de formación y parroquias. También son varios los misioneros que han dado su vida sirviendo a los que no tienen voz en África, como ha recordado el propio Papa.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde el inicio de la epidemia el pasado mes de marzo, se han infectado con el virus del ébola 13.703 personas. De ese total, 13.676 se encuentran en Liberia, Sierra Leona y Guinea, los tres países donde la enfermedad circula de manera intensa y donde se concentran los esfuerzos internacionales para controlar la epidemia. Por países, la OMS ha indicado que 6.535 casos se han registrado en Liberia, 5.235 en Sierra Leona y 1.906 en Guinea.
Sobre el número de fallecidos, la Organización Mundial de la Salud ha señalado que todavía no se ha concluido el recuento y que la cifra definitiva será publicada en las próximas horas. A este respecto, el director general adjunto de la agencia, Bruce Aylward, ha afirmado este miércoles que «probablemente el número de muertos ha superado los 5.000».
Por otra parte, el director general adjunto de la OMS ha apuntado que la labor de respuesta frente al brote parece estar ganando frente a la enfermedad. «Estamos viendo una reducción en los nuevos casos, sin duda», ha dicho Aylward.
No obstante, el responsable de la agencia ha instado a actuar con «cautela» frente a estos aparentes buenos datos y ha reconocido que le «aterraría» que, de sus palabras, pudiese extraerse la conclusión de que el brote ya está controlado.