El Santo Padre ha compartido, una semana más, la mañana del miércoles con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro. Allí se han convocado miles de personas venidas de todas las partes del mundo para escuchar y saludar al Pontífice. Por ello, el Francisco ha recorrido los pasillos de la plaza con el papamóvil para acercarse y bendecir a los peregrinos.
Esta semana, el Papa ha concluido con las catequesis sobre la familia,y en esta ocasión ha reflexionado sobre los pueblos y el papel de la familia en la sociedad. En el resumen hecho en español ha indicado que “en medio de una civilización marcada fuertemente por una sociedad administrada por la tecnología económica, donde la subordinación de la ética a la lógica del beneficio goza de un grande apoyo mediático, se hace cada vez más necesaria una nueva alianza entre el hombre y la mujer, que libre a los pueblos de la colonización del dinero y que oriente la política, la economía y la convivencia civil, para que la tierra sea verdaderamente un lugar habitable, donde se transmita la vida, y se perpetúe el nexo entre la memoria y la esperanza”.
«La fe — ha asegurado– nos dice que esta alianza entre el hombre y la mujer ha sido querida por Dios desde la creación, no sólo para velar por los intereses íntimos de la familia: a ellos les ha confiado el mundo y el proyecto de domesticarlo; por lo tanto, lo que ocurre entre el hombre y la mujer repercute en todo lo creado, como vemos en el relato del pecado original».
Asimismo, ha precisado que “Dios no nos abandona, su misericordiosa protección no mengua, como muestra la especial bendición que Dios da a la mujer para defender a su criatura del maligno”. Esta ternura de Dios –ha finalizado– la vemos sobre todo encarnada en Jesucristo, nacido de una mujer, que murió por nosotros, aun siendo nosotros pecadores.
A continuación ha saludado a los peregrinos de lengua española. “Pidamos a Dios que avive nuestra fe en la promesa que hizo al hombre y a la mujer, y tomando conciencia de la importancia de esta alianza, que todas las familias de la tierra se sientan bendecidas por Dios y protegidas por su ternura y amor”, ha señalado Francisco.
Al finalizar los saludos en las distintas lenguas, el Papa ha dedicado unas palabras especiales para los jóvenes, los enfermos y los recién casados. Así, ha recordado que este martes se celebró la liturgia de la beata Virgen Dolorosa. De este modo, ha pedido a los jóvenes que invoquen a la Madre de Dios, “para sentir la dulzura de su amor materno”. A los enfermos les ha invitado a que recen a María “en los momentos de la cruz y del sufrimiento”. Y finalmente, a los recién casados les ha exhortado a que miren a la Virgen como “al modelo de vuestro camino conyugal de dedicación y fidelidad”.
Al concluir la audiencia general, el Santo Padre ha recordado su viaje apostólico a Cuba y Estados Unidos que comienza este sábado, una misión a la que va “con gran esperanza”. Tal y como ha explicado Francisco, el motivo principal del viaje es el VIII Encuentro Mundial de las Familias, que tendrá lugar en Filadelfia.
También acudirá, ha señalado, a la sede central de la ONU en el 70ª aniversario de tal institución. Por eso, el Pontífice ha indicado que desde ahora “saludo con afecto al pueblo cubano y al estadounidense, que, guiados por sus Pastores, se han preparado espiritualmente”.
Del mismo modo, ha pedido a todos que le acompañen con la oración, “invocando la luz y la fuerza del Espíritu Santo y la intercesión de María Santísima, Patrona de Cuba como la Virgen de la Caridad del Cobre y Patrona de Estados Unidos de América como la Inmaculada Concepción”.
Al finalizar, ha recordado también que este sábado, en San Miniato, será proclamado beato Pío Alberto del Corona, obispo de esa diócesis y fundador de las Hermanas Dominicas del Espíritu Santo. “Él fue celante guía y sabio maestro del pueblo que se le encomendó. Su ejemplo y su intercesión ayuden a la Iglesia a caminar en el espíritu del Evangelio, llevando frutos de buenas obras”, ha indicado el Papa.