En su encuentro con los periodistas durante el vuelo de Santiago de Cuba a Washington, el papa Francisco ha manifestado este martes que no tuvo noticia sobre los arrestos de los opositores. “Estaba claro que yo no habría dado ninguna audiencia privada, no solo a los disidentes, sino también a los demás, incluidos algunos líderes de Estado que habían pedido una”, ha añadido.
El Santo Padre ha reconocido también que “sé que de la Nunciatura se hicieron llamadas telefónicas a algunos disidentes para decirles que, al llegar a la Catedral de La Habana, los habría saludado con gusto. Saludé a todos, pero nadie se identificó como disidente”.
El Pontífice ha dejado claro que la Iglesia en Cuba hace todo lo posible por ayudarles y, concretamente, “ha trabajado para hacer listas de prisioneros a los que hay que dar el indulto”, una medida que ha beneficiado a más de 3.500 presos por delitos comunes. “La Iglesia ha trabajado y está trabajando para pedir indultos, y lo seguirá haciendo”, ha insistido.
A la pregunta sobre si Fidel Castro le había manifestado algún arrepentimiento por el modo en que ha gobernado la Isla, el Papa ha afirmado que “el arrepentimiento es algo muy íntimo, de consciencia”.
Asimismo, ha explicado que la conversación con el líder de la revolución cubana “fue un encuentro informal, espontáneo”. “Hablamos solo sobre el colegio de los jesuitas y sobre cómo lo ponían a trabajar. Después hablamos mucho sobre la encíclica Laduato si’. Él está muy interesado por el tema de la ecología y está preocupado por el medio ambiente”, ha señalado Francisco.
En esta misma línea, el Santo Padre ha comentado que no entró en temas políticos porque “en Cuba el viaje era pastoral, mis intervenciones fueron homilías. Fue un lenguaje más pastoral”.
A la observación de que quizá haya estado más blando con el comunismo que con el capitalismo, el Pontífice ha respondido que “en los discursos en Cuba siempre aludí a la doctrina social de la Iglesia. Las cosas que hay que corregir las dije claramente, no de manera perfumada”.
Sobre el viaje a Estados Unidos, el Papa ha adelantado que en su discurso al Congreso no pedirá el levantamiento del embargo sino que los dos países continúen avanzando en la mejora de las relaciones mutuas. “Hablaré en general sobre los acuerdos como un signo de progreso en la convivencia”, ha revelado.
Por último, Francisco ha hablado sobre las críticas a su magisterio: “Lo que digo está en la doctrina social de la Iglesia”. “¿Me preguntan si soy católico? Si sirve, puedo recitar el Credo…”, ha concluido.