El papa Francisco ha visitado esta mañana, por sorpresa, la sede de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), ubicada en vía de la Conciliación. Allí fue recibido por Gúzman Carriquirry, laico uruguayo, secretario de dicha Comisión desde el 14 de mayo de 2011. El Santo Padre, poco a poco, está visitando personalmente las distintas Congregaciones y Pontificias Comisiones de la Santa Sede, conociendo así directamente a sus empleados en su lugar de trabajo, pero esta no estaba programada.
«El Santo Padre, demostrando una vez más su carácter movido por gran libertad y espontaneidad, decidió ‘darse un salto’ –como se dice en América Latina– por la Comisión, cuya oficina está a unos 300 metros del Palacio Apostólico, en Vía della Conciliazione n. 1, 4to piso. A las 9.10 exactamente, llamaron a la puerta y acudió a ella una de las oficiales de la oficina, mientras los demás estábamos sosteniendo tranquilamente una reunión de coordinación relativa a nuestro próxima celebración del Jubileo Continental de la Misericordia en Bogotá» narran en la web de la CAL .
«Dicha persona se quedó pasmada cuando abrió y se encontró delante nada menos que al Vicario de Cristo en la tierra quien, en cambio, parecía realizar una acción completamente natural y rutinaria: –“¡Buenos días! ¿Puedo pasar?” –“¡Santo Padre! ¡Qué increíble sorpresa!” Acto seguido, una señora del personal que pasaba detrás corrió a toda prisa hasta la oficina del Secretario encargado de la Vicepresidencia, donde estábamos todos, y se detuvo agitada en la puerta: “¡El Santo Padre! ¡Rápido, el Santo Padre!”, indican en el dicasterio.
El Pontífice le dijo al profesor Guzmán Carriquiry si tenía tiempo para conversar, y se quedaron hablando solos. Después del diálogo en privado el Papa salió y aceptó gustoso la invitación a compartir un café con los integrantes de dicha comisión.
Tal y como se indica en la página web del dicasterio, la Pontificia Comisión para América Latina es un organismo de la Curia Romana creado en 1958 que tiene como función primordial la de “aconsejar y ayudar a las Iglesias particulares en América Latina” y “estudiar las cuestiones que se refieren a la vida y progreso de dichas Iglesias, especialmente estando a disposición, tanto de los dicasterios de la Curia interesados por razón de su competencia, como de las mismas Iglesias para resolver dichas cuestiones.” (Juan Pablo II, Constitución Apostólica Pastor Bonus, art. 83).
También es tarea de la CAL favorecer “las relaciones entre las instituciones eclesiásticas internacionales y nacionales, que trabajan en favor de las regiones de América Latina. y los dicasterios de la Curia Romana” (Juan Pablo II, Constitución Apostólica Pastor Bonus, art. 83-84).