(ZENIT – Roma).- Miles de jóvenes llegados desde todo el mundo para la ‘Jornada Mundial de la Juventud – Cracovia 2016’, recibieron al papa Francisco en el Parque Jordán en Błonia, a unos cinco kilómetros del centro de Cracovia, manifestando gran emoción y entusiasmo.
En el parque Blonia, en cambio, le esperaban unos 600 mil jóvenes. Allí, el Santo Padre ha llegado en un ‘tranvía de línea’, para valorizar este medio de transporte bastante utilizado en las capitales europeas y que emplea energía limpia. En el tranvía estaba acompañado por jóvenes con discapacidades y a su paso por las calles de Cracovia, miles de personas le esperaban para saludarlo, agitando sus manos, pañuelos y banderas.
El tranvía le ha dejado a unos 700 metros del palco desde donde Francisco, en el papamóvil, circuló entre los jóvenes para saludarlos, quienes no solo no se desanimaron por la lluvia, sino que exultaban agitando miles de banderas de los países más diversos. Fueron tocadas varias canciones, entre las cuales el ‘Tango de la misericordia’, interpretado por la comunidad artístico-cultural Banuev, de Buenos Aires.
En la ceremonia se ha leído el Evangelio en dos idiomas, polaco y paleoeslavo, para hacer referencia a occidente y oriente, “los dos pulmones de la Iglesia” de los que hablaba san Juan Pablo II.
En las palabras de bienvenida le recordaron al Papa que este martes pasado, en este mismo lugar, se celebró la misa de inicio de la Jornada Mundial de la Juventud, en la tierra de san Juan Pablo II, y en el Jubileo de la Misericordia.
Le señalaron también que “jóvenes que provienen de todo el mundo comparten la experiencia de la fe y se alegran de pertenecer a la Iglesia”. Y porque en un mundo «golpeado por conflictos y violencias queremos ser personas de paz, testimonios de la misericordia de Dios, misericordiosos como el Padre, para construir con Jesús un mundo más humano y solidario».
Le regalaron también un kit del peregrino y en sus palabras le agradecieron que «venga a hablarnos de Dios, que es misericordia». Y no faltó una demostración de bailes, como un lenguaje universal y armónico de los diversos países. Así como diversas coreografías y representaciones sobre los santos y los 187 países participantes.
(Leer el texto de las palabras del Santo Padre)