(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha instituido una Comisión de Estudio sobre el diaconado de las mujeres. Como él mismo indicó el pasado 12 de mayo, durante el encuentro con las participantes de la Asamblea Plenaria de las Superioras Generales, expresó su intención de “constituir una comisión oficial que pueda estudiar la cuestión” del diaconado de las mujeres, “sobre todo en relación a los primeros tiempos de la Iglesia”, al responder a una pregunta que le hicieron sobre el diaconado permanente y el papel de las mujeres consagradas en la Iglesia.
En un comunicado publicado hoy por la oficina de prensa de la Santa Sede, anuncia que “después de intensa oración y madura reflexión”, el Santo Padre ha instituido dicha comisión. Como presidente ha sido elegido monseñor Luis Francisco Ladaria Ferrer, secretario de la Congregación para la Doctrina de la fe. Los miembros nombrados son doce, seis mujeres y seis hombres.
Las mujeres son sor Nuria Calduch-Benages, M.H.S.F.N., miembro de la Pontificia Comisión Bíblica; Francesca Cocchini, profesora en la Universidad La Sapienza y en el Instituto Patrístico Augustinianum en Roma; sor Mary Melone, S.F.A., rectora de la Pontificia Universidad Antonianum en Roma; Marianne Schlosser, profesora de Teología espiritual en la Universidad de Viena y miembro de la Comisión Teológica Internacional; Michelina Tenace, profesora de Teología fundamental en la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma; Phyllis Zagano, profesora en la «Hofstra University», Hempstead, Nueva York.
Los hombres nombrados son monseñor Piero Coda, presidente del Instituto Universitario «Sophia», Loppiano, y miembro de la Comisión Teológica Internacional; padre Robert Dodaro, O.S.A., presidente del Instituto Patrístico «Augustinianum», en Roma, y profesor de patrología; padre Santiago Madrigal Terrazas, s.j., profesor de eclesiología en la Universidad Pontificia Comillas en Madrid; Karl-Heinz Menke, profesor emérito de Teología dogmática en la Universidad de Bonn y miembro de la Comisión Teológica Internacional; Aimable Musoni, S.D.B., profesor de eclesiología en la Pontificia Universidad Salesiana en Roma; Bernard Pottier, s.j., profesor en el «Institut d’Etudes Théologiques», Bruselas, y miembro de la Comisión Teológica Internacional.
El diaconado hoy es el primer grado del orden sagrado que permite leer o cantar el Evangelio durante la misa y la predicación, administrar el bautismo, asistir el matrimonio, realizar la bendición eucarística, celebrar las exequias. El Catecismo de la Iglesia Católica indica: “La doctrina católica, expresada en la liturgia, el magisterio y la práctica constante de la Iglesia, reconoce que existen dos grados de participación ministerial en el sacerdocio de Cristo: el episcopado y el presbiterado. El diaconado está destinado a ayudarles y a servirles. Por eso, el término sacerdos designa, en el uso actual, a los obispos y a los presbíteros, pero no a los diáconos. Sin embargo, la doctrina católica enseña que los grados de participación sacerdotal (episcopado y presbiterado) y el grado de servicio (diaconado) son los tres conferidos por un acto sacramental llamado “ordenación”, es decir, por el sacramento del Orden”.
En el vuelo de regreso de Armenia, los periodistas le preguntaron sobre la creación de esta comisión y Francisco indicó: «Creo que este tema se ha estudiado bastante a fondo durante los años ochenta, así que no será difícil arrojar luz sobre este tema. Pero hay algo más. Hace un año y medio, formé una comisión de mujeres teólogas que trabajaron con el cardenal Riłko [Presidente del Consejo Pontificio para los Laicos] e hicieron un buen trabajo, pues es muy importante el pensamiento de la mujer. Para mí, la función de la mujer no es tan importante como su pensamiento: la mujer piensa de otro modo respecto a nosotros, los hombres. Y no se puede tomar una decisión adecuada, buena y justa, sin escuchar a las mujeres». También aseguró que se había «enfadado» con los medios de comunicación al leer noticias al día siguiente del encuentro con las Superioras que hablaban de una «apertura al sacerdocio femenino».
Por otro lado, cabe recordar que la Comisión Teológica Internacional publicó un documento sobre el diaconado en el año 2002 en el que se dedicó un apartado al «ministerio de las diaconisas» y el papel que tuvieron en los primeros siglos de la historia de la Iglesia.