(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- La Santa Sede ha levantado su voz una vez más contra la implicación de niños en conflictos. Monseñor Simon Kassas, encargado ante la Misión del observador permanente de la Santa Sede en la ONU, intervino esta semana en el debate abierto en el Consejo de Seguridad sobre este tema, poniendo el acento en el aumento de ciertos fenómenos aberrantes.
Niños-soldados usados como kamikaze, con fines sexuales o en las más peligrosas operaciones militares: en el 2015 las violaciones han visto una gravedad nunca conocida antes. “Nunca en la historia reciente ha habido tantos niños sometidos a tal brutalidad violenta”, afirmó el prelado, como indica Radio Vaticano.
Monseñor Kassas no escondió los “progresos” manifestados por la comunidad internacional en la defensa de los niños, pero evidentemente es necesario hacer más. La Santa Sede está preparada a perpetuar su compromiso. “A través de sus distintas estructuras activas en la mayor parte de las zonas en conflicto, la Iglesia católica está activamente comprometida en el cuidado de las víctimas de la violencia”, subrayó monseñor Kassas.
Además, a lo largo de los años, las estructuras de la Santa Sede y las numerosas instituciones católicas han colaborado con las misiones de paz y las agencias de la ONU para compartir las prácticas para afrontar este flagelo.
Los lugares donde los niños están en mayor riesgo, desde este punto de vista, son Afganistán, Irak, Somalia, Sudan del sur, y Yemen, donde se ha quintuplicado, en un año, el número de menores enrolados en el ejército y en las milicias locales y aumentan en seis veces el de niños asesinados o mutilados. El Estado Islámico y Boko Haram comparten el triste primado en la explotación de menores.
No falta al menos una noticia positiva: en el 2015, más de 8 mil niños fueron liberados y muchos países aprobaron leyes para su protección.
Children Of War - Pixabay
La Santa Sede denuncia el aumento de abusos a menores en conflictos
Monseñor Kassas, observador de la Santa Sede, subraya el compromiso de la Iglesia contra esta barbarie en un debate en la ONU