(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco se ha reunido con miles de fieles procedentes de todo el mundo, en el Aula Pablo VI del Vaticano, para la audiencia general de los miércoles. Esta mañana, el Santo Padre ha saludado con calma a todas las personas que se encontraban a ambos lados del pasillo, conversaba unos instantes con algunos, bendecía a los niños pequeños, recogía los regalos que le hacían e incluso encendió una vela de una tarta que le acercaron. Durante la catequesis, el Papa ha reflexionado sobre la lectura de la resurrección del hijo de la viuda de Naín.
Así, en el resumen que hace en español, ha indicado que este pasaje del Evangelio “nos muestra a Jesús que, movido por la ternura ante el dolor de una madre viuda que lleva a enterrar a sus hijo, hace el milagro de resucitar al joven, restituyéndolo vivo a la madre”. Y ha precisado que Jesús, en la puerta del pequeño poblado de Naín, no se queda indiferente frente a las lágrimas de la mujer sino que, lleno de misericordia por su sufrimiento, la consuela y actúa”.
Durante este Jubileo –ha precisado Francisco– sería bueno recordar lo ocurrido en la puerta de Naín, porque sabemos que pasar por la Puerta Santa es dirigirnos a la puerta del corazón misericordioso de Jesús que, como al joven difunto, nos invita a levantarnos y nos hace pasar de la muerte a la vida. “Él, con su ternura y su gracia, quiere también encontrarse con nosotros y darnos vida abundante”, ha asegurado.
En esta misma línea, el Pontífice ha indicado que “llegamos a la Puerta Santa para presentar a la misericordia del Señor la propia vida, con sus alegría y sus sufrimientos, con sus proyectos y sus caídas, con sus dudas y sus miedos, porque sabemos que es la puerta del encuentro entre el dolor de la humanidad y la compasión de Dios”.
A continuación, el Papa ha saludado cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los provenientes de España, Latinoamérica y Guinea Ecuatorial. Para ellos ha deseado que “Cristo nos conceda el don de su gracia para que aprendamos a ser misericordiosos y atentos a las necesidades de nuestros hermanos, recordando que la misericordia es un camino que sale del corazón y que debe llegar a las manos, a las obras de misericordia”.
Tras los saludos en las distintas lenguas, el Santo Padre, como es habitual, ha dedicados unas palabras a los enfermos, jóvenes y recién casados. Por ello, el Papa ha recordado que el lunes pasado recordamos la figura de santo Domingo de Guzmán, cuya Orden de los Predicadores celebra el octavo centenario de la fundación. Y así, ha deseado que la palabra iluminada de este gran santo estimula a los jóvenes “a escuchar y a vivir las enseñanzas de Jesús”. A los enfermos ha exhortado a que la fortaleza interior de santo Domingo les sostenga “en los momentos de desconsuelo”. Finalmente ha pedido que la dedicación apostólica de este santos les recuerde a los recién casados “la importancia de la educación cristiana en vuestra familia”.
El Papa en el Aula Pablo VI - CTV
El Papa: "Pasar por la Puerta Santa es dirigirnos a la puerta del corazón misericordioso de Jesús"
En la catequesis de esta semana Francisco reflexiona sobre el pasaje del Evangelio de la resurrección del hijo de la viuda de Naín