(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha tenido hoy como todos los miércoles en el Vaticano, la audiencia general, en la cual ha centrado su meditación sobre la misericordia. A su llegada a la plaza de San Pedro, en donde se realizó la catequesis a pesar del día gris y lluvioso, saludó a los presentes que le recibieron con entusiasmo, agitando banderas y pañuelos.
En su resumen en español el Papa señaló que hoy fue leído el pasaje evangélico «que inspira el lema de este año santo: Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso». Y recordó a los presentes que «Dios nos ama con un amor tan grande que nos parece imposible».
Aseguró que es así, porque «toda la historia de la salvación es una historia de misericordia, que alcanza su culmen en la donación de Jesús en la cruz».
Y a la pregunta ¿Cómo alcanzar esta perfección?, señaló: «La respuesta estriba en que Jesús no pide cantidad, sino ser signo, canal, testimonio de su misericordia. Por eso los santos han encarnado el amor de Dios que les desbordaba en múltiples formas de caridad en favor de los necesitados».
Indicó también que «el perdón es manifestación de la gratuidad del amor de Dios, que nunca da a un hijo por perdido. No podemos ponernos por encima del otro, al contrario debemos llamarlo continuamente a la conversión».
Porque, indicó el Santo Padre, «del mismo modo, Jesús nos enseña que su voluntad de darse está muy por encima de nuestras expectativas y no depende de nuestros méritos, sino que la capacidad de recibir su amor, crece en la medida que nos damos a los demás: más amamos , más lleno de Dios estará nuestro corazón».
«Saludo cordialmente –dijo Francisco al concluir la meditación– a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Pidamos al Señor que no perdamos nunca nuestra identidad de hijos de un mismo Padre, que nos une en su amor. Que Dios los bendiga».
El Pontífice hacia el final de la audiencia hizo un llamado por la XXIII Jornada mundial contra el Alzheimer, que se celebra hoy con el título «Recuérdate de mi». E invitó a todos los presentes a no olvidarse, a tener la diligencia de María y la ternura de Jesús Misericordioso, hacia todos aquellos que sufren esta enfermedad y a sus familiares y «hacerles sentir nuestra cercanía».