(ZENIT – 1 junio 2019).- Hoy, 1 de junio de 2019, después de llegar al aeropuerto de Iasi, el Santo Padre se ha dirigido a la Catedral de Santa María Virgen Reina para visitarla.
En la entrada de la catedral, el Papa Francisco ha sido recibido y el Obispo auxiliar de Iasi le ha entregado un crucifijo con el que ha bendecido a las personas que se encontraban allí reunidas.
Saludos
Dentro del templo esperaban más fieles, que han recibido al Santo Padre con aplausos. El párroco de la catedral junto a una familia, le han ofrecido al Pontífice el agua bendita para rociarla.
Francisco se ha dirigido hacia el altar y por el camino ha ido saludando y bendiciendo a las personas, de todas las edades, muchos de ellos enfermos. El Obispo de Roma se ha detenido especialmente con algunos ancianos, niños y enfermos.
Entre los presentes había laicos, religiosos y religiosas y también sacerdotes.
Ya en el altar, un joven diácono y un sacerdote anciano le han ofrecido una vela al Pontífice que él ha colocado frente a las reliquias del Beato Mártir Anton Durcovici, fallecido en 1951.
Palabras del Papa
Antes de bendecir a los presentes, el Papa ha improvisado unas palabras: “Me gustaría daros a todos mi bendición junto con mi gratitud por estar aquí. Gracias por venir, gracias por estar con su vuestros enfermos y gracias a vosotros que sobrelleváis la enfermedad ofreciéndola al Señor. Ahora oremos juntos a la Virgen, antes de la bendición”.
Oración y bendición
Así, el Papa y los participantes en este acto han rezado un avemaría frente al mosaico de la Virgen de la Asunción.
Después de orar, el Papa ha bendecido a todos los presentes con el crucifijo y ha salido de la catedral, de nuevo, saludando y bendiciendo a los que encontraba a su paso.
A la salida de este acto, el Santo Padre se ha trasladado en papamóvil hacia el Palacio de la Cultura, donde tendrá lugar el encuentro con los jóvenes y las familias.
Catedral de Santa María Reina
La Catedral de Santa María Reina forma parte del complejo episcopal católico de Iasi, junto a la Catedral Vieja o iglesia de Santa María Asunta, el Palacio Episcopal y la plaza de la Catedral.
Construida entre 1782 y 1789 en las inmediaciones de la Catedral Vieja, esta catedral está dedicada a la Virgen, motivo por el que presenta las características arquitectónicas de una corona.
Fue consagrada en 2005, después de 12 años de obras, y posee un estilo moderno con mosaicos de los evangelistas y ventanas sobre los sacramentos y los misterios del rosario.
En su interior se encuentra el gran mosaico que representa la asunción de la Virgen al cielo y, en el balcón, otro reproduce la historia de la salvación con la pasión de Cristo.